En medio del alboroto político de las 24 candidaturas presidenciales, unas a caballo, otra con guantes blancos y otros con menos fuegos artificiales el Banco Central ha hecho pública una carta de intención que se firmó hace 20 días con el Fondo Monetario Internacional.
La primera pregunta que me han hecho es para que otra carta de intención. La respuesta es muy simple. El Perú ya está viviendo un verano caliente por la campaña electoral y la multitud de mensajes generadores de incertidumbre económica que requieren tomar precauciones. El Banco Central ha venido haciendo eso hace meses. En primer lugar ha acumulado una notable cantidad de reservas internacionales de modo que no exista un peligro de que el miedo se vuelva pánico y que el dólar se vaya por las nubes. En segundo lugar, firma esta carta que si bien es cierto le permite tener acceso a fondos si es que una crisis de dimensiones apareciera en medio del verano, también le permite dar una señal de estar ocupado no sólo preocupándose. En tercer lugar, y aunque medio tarde el BCRP finalmente ha hecho más caro especular con soles al subir la tasa de interés de la liquidez de corto plazo.
En este sentido, creo que es muy prudente que el Banco Central opte por comprar un salvavidas antes que algunos candidatos presidenciales sigan haciendo olas en un mar ya de por sí agitado. Lo curioso es que los compromisos que el Banco Central puede firmar con el FMI sólo pueden durar hasta el primer semestre del año. La razón de esto es otra vez muy simple. A partir del mes de agosto el Banco Central renovará por completo su directorio. Esto es complicado porque en realidad mucha de la incertidumbre generada por las declaraciones de algunos candidatos tienen como raíz la incertidumbre de saber qué gente pondrían ellos en el directorio del BCRP si Sarita Colonia les da la bendición de salir elegidos.
El que tal o cual candidato salga electo mete miedo a la gente porque algunos los ven como capaces de vulnerar derechos de propiedad básicos con respecto a los ahorros que tienen en los bancos. Otros tienen el temor que se adopten medidas radicales con el fin de ser muy llamativos en las elecciones.
Creo que es saludable que el gobierno señale las cosas urgentes para hacer en estos seis meses de modo que esta transición política no implique mayor alboroto económico. Sin embargo, lo cierto es que muchas de estas cosas debieron hacerse antes. Los principales compromisos que el gobierno está planteando son dotar de sanciones a la ley de responsabilidad y transparencia fiscal, continuar los esfuerzos de reducir la evasión tributaria, llevar la tecnología de ejecución presupuestal a las municipalidades, hacer público las obligaciones que implícitamente asume el Estado cada vez que se firma uno de estos acuerdos público-privado para desarrollar proyectos de inversión pública. Todo esto está muy bien, obviamente pedirle a este directorio del BCRP que cambie su posición con respecto a los afiliados a las AFP eso es otra cosa. Paciencia, ya vendrán otros en agosto.
Publicado en El Comercio, Enero 12, 2006
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