Thursday, January 11, 2007

El negocio que la internet mató

La primera vez que viajé en avión, tenía algo más de 20 años y nos fuimos con un amigo al Cuzco. Regresamos el día que Abel Salinas anunciaba el paquetazo de setiembre de 1988. Esa vez consultamos a la agencia de viajes y después de muchas idas y vueltas compramos un paquete turístico. Hace unas semanas el ex rector de la UP contaba como hace 50 años la gente viajaba en avión en saco y corbata y que a uno lo recibían en el aeropuerto de Corpac como si fuera llegando de la Luna con toda la pompa del caso.

Los tiempos han cambiado muchísimo en estos últimos 20 años. Para empezar, el primer viaje que hizo mi hijo mayor lo hizo a los 3 meses de nacido camino a Los Angeles. Mi promedio de viajes al año pasó de 1 a 20 por año. Antes viajar a algún país extranjero -inclusive a algún país sudamericano- requería que uno consultara a la agencia desde el hotel al que uno podría llegar hasta que tipo de clima iba a encontrar. Hoy, el internet nos permite escoger el hotel en el que vamos a estar mirando las habitaciones con una cámara de 360 grados que se pasea por cada rincón del hotel. Si eso no nos basta podemos encontrar cientos de experiencias previas que otras personas han escrito describiendo que tan placentera ha sido su estadía en dicho hotel. Así nos enteraremos –de antemano- que el hotel está refaccionando los pisos superiores o que el ruido de la calle no termina hasta las 5 de la mañana.

Siempre hubo guías turísticas de las distintas ciudades del mundo, pero hoy están disponibles con lujo de detalle y gratis en internet. Es más, las propias ciudades ofrecen mucha información para el viajero potencial haciéndonos más fácil decidirnos que destino escoger para nuestro próximo viaje. Antes mucha de esta información estaba únicamente disponible de manera fácil en las agencias de viaje. Ellas sabían que hoteles si valían la pena y que lugares uno debía evitar. Ellos eran los especialistas en encontrarte los vuelos más directos cuando había que irse a lugares muy remotos. Hoy todo eso lo podemos hacer por internet. Sólo basta tener un poco de paciencia y uno encontrará toda esa información disponible. Como siempre no todos los consumidores son iguales y habrá más de uno que muchas veces prefiere utilizar los servicios de una agencia porque son viajes de último minuto o porqué el dinero no sale de nuestro bolsillo como puede ser un viaje de trabajo y por lo tanto uno está dispuesto a pagar por la comodidad que alguien sea quien vea los detalles.

La decisión de LAN y TACA de reducir la comisión que ellos pagan a las agencias como un porcentaje del valor del boleto aéreo permitirá ofrecer boletos más baratos para quienes quieran comprarlos directamente vía el website de dichas empresas. Obviamente las agencias quieren impedir esto pero la razón está del otro lado de la mesa. Los puestos de trabajo que un mercado más competitivo exige reducir en un sector declinante de la economía aparecerán en otra manera. De repente podrían asesorar a los gobiernos regionales a mejorar sus portales en internet para atraer turistas. Échenle una mirada para vean lo flojos que están.

Es curioso recordar que el negocio de agencias de viajes nació gracias a la tecnología que hizo posible abaratar los costos para que la aviación pueda ser comercial. Hoy, otro avance tecnológico les empieza a decir adiós. Seguramente algún otro desarrollo de la tecnología podrá crear nuevas áreas para que aparezcan nuevos negocios vinculados a la facilitación de los viajes y el turismo. En unos años el viejo dicho será: negocio que se duerme se lo lleva el internet.

Publicado en El Comercio, Enero 11, 2007

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