Sé que para algunos el título suena a broma, más aún si se trata del gobierno de Alan García, quien aún mantiene el record de haber generado la inflación más alta en el Perú. Lo cierto es que la inflación, ese indicador que antes todos temíamos hoy está literalmente por los suelos. La inflación de los últimos doce meses, según lo acaba de anunciar el INEI, es de –0.08%. Sí así como lo lee: negativa. En realidad, prácticamente cero.
Frente a estos números uno podría preguntarse varias cosas pero la más simple sería ¿y cuál es el problema, por qué no estamos festejando? Lo cierto es que no tener inflación también puede ser un problema. Piensen en cuanto se ha incrementado el costo real de financiamiento. La otra pregunta que inmediatamente nos deberíamos hacer es si esta tendencia va a continuar pues si uno observa la inflación viene cayendo de manera sostenida hace varios meses. Recordemos que en el Perú el Banco Central tiene el compromiso de mantener la inflación en 2% al año con un rango de un punto porcentual para arriba y para abajo. Es decir, el BCRP se siente cómodo mientras la inflación se sitúa entre 1% y 3%. Cualquier número fuera de ese rango llama su atención. Bueno, estamos en esa situación desde que empezó el año. Sin embargo, las propias proyecciones del Banco Central, al menos las que había publicado en su Reporte de Inflación de enero señalaban con claridad que nuestra economía iba a experimentar exactamente lo que estamos viviendo. Los primeros meses del año presentarían cifras de inflación anualizadas cada vez menores y que inclusive entraríamos a zona de inflación negativa tal como ha ocurrido el mes pasado.
Necesitamos entender que hay factores que influyen de manera sólo temporal en la inflación como por ejemplo la rebaja de los combustibles que se revirtió la semana pasada y que seguro será una de las razones para que mayo no repita un número negativo. Otro de los factores que por ahora sigue presionando a la baja es la apreciación del dólar. Mientras el dólar siga “barato” muchas cosas que nosotros compramos estarán más baratas y presionarían a la baja de la inflación. El temido fenómeno de El Niño al final no se ha presentado en su versión más destructiva de la producción agrícola y por lo tanto tampoco hay presiones inflacionarias por límites en la producción.
Sin embargo, el panorama por el lado de la demanda sigue generando tensión en el BCRP. Los indicadores de empleo siguen al alza, la demanda agregada no para de crecer por encima del PBI, los créditos de consumo crecen a más de 25%, pero nada de esto ha hecho cambiar la decisión del BCRP quien esta semana volverá a discutir el tema. Mi apuesta sigue siendo que el BCRP no modificará su tasa de interés.
Mientras tanto, a tres horas de avión, los argentinos siguen intentando controlar la inflación de 10% poniendo controles de precios y tratando de concertar alzas de precios moderadas con los distintos sectores productivos. Obviamente que el resultado será la escasez y la especulación y eventualmente el desembalse de precios. Ese 10% podría ser 15 o 20% si alguien no estuviese dibujando las cifras. El problema mayor es que Argentina emite bonos indexados a la inflación. En realidad, 42% de su deuda total está indexada a la inflación con lo cual cada anuncio de la cifra oficial de inflación vale mucho más que la popularidad en alza de Kirchner. En la práctica, Kirchner está haciendo una confiscación encubierta. Tarde o temprano los argentinos volverán a enfrentar la realidad.
Publicado en El Comercio Mayo 3, 2007
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