¿En qué se diferencian un trabajador dependiente de un militar o un policía? El uniforme, las armas, y el sistema de pensiones. Hablemos de esto último. En el sector privado lo esencial para recibir una pensión parecida al sueldo que uno tenía es aportar con frecuencia. Si no dependeremos que la rentabilidad que obtengan las AFP. No debería haber un problema de frecuencia de aportes en el caso de los uniformados, dado que son para todo fin práctico empleados públicos.
Bueno, lo es pero por otras razones. Disculpen la crudeza pero una diferencia entre estos dos grupos es que unos mueren con mayor frecuencia. Si bien eso reduce el número de aportes, la consecuencia no debería ser una pensión menor sino un seguro de sobrevivencia más caro que el que pagamos los civiles. Es más caro porque la AFP pagará pensiones con menos aportes efectivamente realizados.
Se ha dicho que la cédula viva es una solución a esa mayor “siniestralidad”. Eso es totalmente falso. Al Estado le saldría más barato pagar el costo adicional (respecto a los trabajadores civiles) del seguro de sobrevivencia que seguir teniendo el esquema de cédula viva.
La cédula viva es una mala solución al problema de tener un esquema de salarios desordenado. En la actividad privada tu remuneración es tu sueldo. A veces se incluyen cosas –auto, chofer- que no son parte de la cifra que será utilizada para calcular tus aportes. En ninguno de esos casos aportas por el costo de dichos servicios que son parte de tu remuneración. En el caso de los militares casi nada de lo que reciben es pensionable por lo que sus aportes son insignificantes, no importa que la tasa de aporte sea muchísimo mayor que la de los civiles.
La solución pasa por garantizar un tamaño de pensión a los actuales jubilados, desarmar la cédula viva, sincerar las remuneraciones y reducir el tamaño de las fuerzas armadas y policiales en función a lo que se tiene disponible. ¿Se anima a encabezar la comisión?
Publicado en El Comercio Marzo 2, 2010
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