Thursday, July 21, 2005

Chorreo o inclusión

Estos días estuvo en Lima invitado por la Universidad del Pacífico el profesor de la Universidad de Columbia, Jagdish Baghwati. Para quienes no lo conocen, Bhagwati es uno de los más fervorosos defensores del libre comercio internacional y de los beneficios de la globalización. Luego de escucharlo todo el día y leer con detenimiento su libro quisiera rescatar una frase de una conversación que tuvo con los profesores de la Facultad de Economía.

Bhagwati decía que aunque se había puesto de moda, aquí y en todas partes, era un error hablar de chorreo. La idea de chorreo es que hay dos tipos de personas. Unas que están sentadas a la mesa disfrutando del banquete y otros que en realidad están esperando alimentarse con las sobras que se caen de este festín. Esto es inaceptable, indignante y en realidad no tiene nada que ver con lo que implica que una economía crezca.

El término “chorreo” es nuestra traducción de “trickle-down”. Este término se puso de moda en la presidencia de Ronald Reagan luego de un discurso de su asesor económico quien favorecía que se redujeran los impuestos a las empresas. La idea era que si las corporaciones, las grandes empresas, incrementaban sus ganancias, estas ganancias terminarían jalando al resto de la población porque esto crearía las condiciones para que las empresas invirtieran en nuevos proyectos y por lo tanto se crearían los nuevos puestos de trabajo. El que nuestra economía haya crecido en los últimos 4 años de manera sostenida sin duda no es el fruto de reducciones impositivas. Puede ser atribuido al ATPDEA, a los precios favorables, al manejo interno de la economía, a lo que quieran pero no a menores impuestos.

Pero el punto que quisiera destacar es que este crecimiento sostenido genera un efecto que en inglés se diría “pull-up” y que a mi me gustaría traducir como “inclusión”. Digo esto porque en realidad lo que está pasando es que a una gran cantidad de personas que no hubiesen encontrado otra forma de generar ingresos que auto-generándoselos se les abre la posibilidad de sentarse a la mesa del crecimiento. Es cierto que a ellos no les está tocando la mejor presa del banquete pero ellos están en el banquete con su plata, generada con su trabajo. No hay regalos, dádivas, sino compensación por su trabajo.

Probablemente uno de los temas que el presidente Toledo más insista en su discurso de la próxima semana sea el que está chorreando. La verdad que el presidente debería dejar de usar ese término. Así que más que chorreo deberíamos hablar de abrir las puertas, de incluir en la mesa a más peruanos que con su esfuerzo generan su ingreso y pagan sus impuestos. De eso se trata el crecimiento, de permitir que la gente pueda aspirar a que sus habilidades y esfuerzos serán recompensados, que su trabajo vale la pena, y que no se trata de estirar la mano esperando que chorree.

Publicado en El Comercio, Julio 21, 2005

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