Friday, July 29, 2005

Plata ajena

Me estoy mudando de casa y en las últimas semanas la decoradora me ha preguntado cien veces ¿compramos esto o lo otro? Hemos revisado quince veces los diseños de los muebles antes de encargarlos y chequeado los colores de cada cuarto una y otra vez. ¿Soy un tacaño? ¡¡No!! Para nada, sencillamente le di un presupuesto a la decoradora y ella está actuando con la prudencia, responsabilidad y transparencia como se debe hacer cuando es plata ajena.

¿A que viene esto? Bueno, lo mismo debería hacer el gobierno con nuestros impuestos. Nosotros le damos plata al gobierno y ellos deberían actuar como si fuera plata ajena. Por eso es que tenemos una serie de garantías para que esto sea así. Le exigimos que presente y sustente un presupuesto, le pedimos que los proyectos de inversión pública pasen por un revisión especial por gente experta en evaluar ese tipo de gastos, le obligamos a que exista una Contraloría que supervise que todo se hice según manda la ley. Todo esto lo hacemos porque la plata no sobra y las necesidades son demasiado amplias para ser todas atendidas. Es más, tenemos una ley de prudencia y responsabilidad fiscal que exige que el gobierno sea transparente en sus decisiones de gasto y que no privilegie las farras fiscales sino un manejo prudente que privilegie el mediano plazo.

El gran problema es que el Perú nunca se queda corto por leyes. Leyes tenemos y para todo. Y si la que tenemos dice que no podemos endeudarnos más, la cambiamos vía decreto de urgencia. Y si dice que no podemos gastar más de cierto tope, la ignoramos. Así es nuestro Perú. Por eso es que tenemos que estar alerta antes que los errores se cometan, antes que las normas no se respeten, antes que los corruptos se favorezcan, antes que hagan lo que quieran con plata ajena. Por eso es que tenemos que poner el grito en el cielo por la forma como se quiere hacer la carretera interoceánica. Hay ciertos procedimientos que se han establecido para realizar un gasto de ese tamaño porque al Perú la plata no le sobra, porque esa carretera la va a pagar usted y yo en el IGV de 19% (que no bajará como prometieron) que está incluido en cada compra que usted hace. Esos impuestos los pagamos todos, pasemos o no por la interoceánica.

Si ustedes miraran el estudio hecho para ver si vale la pena hacer la carretera encontrarían una larga lista de cosas que los haría pedir por lo menos una explicación. Y son todas de sentido común. Por ejemplo, nadie pone asfalto en una carretera por la que pasan y pasarán pocos autos. ¿Usted compraría un Picasso para ponerlo en su baño? Además, la rentabilidad de la obra depende de que Madre de Dios se vuelva casi milagrosamente en una potencia agraria. ¿Si usted sabe que sus ingresos no van a ser superiores a 1000 soles aceptaría endeudarse para comprarse un piso con vista al mar?

Si usted y yo para comprar una lámpara la miramos 10 veces y vemos 10 opciones distintas, ¿por qué el gobierno gasta US$ 800 millones (nuestros) y no cumple con los procedimientos establecidos y revisa con calma? ¿Qué nos dirá el presidente Toledo en un rato más?

Publicado en El Comercio, Julio 28, 2005

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