Thursday, December 22, 2005

Argentina y el FMI: Te pago porque te odio

Hay países que son increíbles y sin duda Argentina es uno de ellos. Hace exactamente cuatro años los argentinos aplaudían de pie la decisión de su presidente de no pagar la deuda externa. Esta semana el presidente Kirchner, impulsado por la decisión del presidente Lula, decidió pagar al cash toda la deuda que la Argentina tenía con el FMI. Con la misma emoción los argentinos han aplaudido esta decisión. Pensemos un poco en las causas y consecuencias. Los líderes de Argentina y el FMI han intentado de todo por llevarse bien y no pueden hacerlo. Por un lado, las autoridades argentinas no quieren seguir las recomendaciones del FMI. En particular, no quieren verse forzados a poner mayor atención a controlar una inflación que ya superó el 10% y por seguir políticas que se basen en el buen funcionamiento de los mercados. Además está el tema que la renegociación con el FMI tenía visos de no avanzar para ningún lado. Argentina necesitaba el apoyo de los países más desarrollados y después del fracaso de la cumbre de Mar del Plata realmente Kirchner tenía que pensar que Bush y compañía le iban a dar la espalda en lugar de la mano.

Sea como fuere Kirchner ha aprovechado que Lula, su vecino y mentor, decidió pagar la deuda con el FMI para hacer exactamente lo mismo. El problema es que Argentina no es Brasil. Brasil no tiene los problemas económicos de Argentina, en particular respecto a las fuentes alternativas de financiamiento. Si uno compara recientes colocaciones de deuda externa verá por un lado que Brasil ha sido capaz que los mercados internacionales compren deuda brasileña emitida en reales. Parece increíble pero es cierto. Hay gente dispuesta a comprar deuda brasileña que no está expresada en una moneda dura como el dólar o el euro sino en reales. Por el otro lado, Argentina acaba de cerrar otra operación con la República Bolivariana de Venezuela sumando mil millones de dólares comprados por la voluntad (¿y caridad?) de su comandante presidente al amparo de los elevados precios del petróleo.

Pensemos por un momento para que necesitan los países tener una relación con el FMI. En primer lugar, hay algunos países como Argentina y Brasil que se endeudaron con el FMI porque producto de sus erradas políticas terminaron en una situación en la cual sus reservas internacionales fueron insuficientes. En segundo lugar, el tener un acuerdo con el FMI sirve como una suerte de garantía que el país está siendo supervisado de manera más cuidadosa y que el gobierno se compromete a seguir un conjunto de políticas que claramente no son contradictorias con el espíritu del acuerdo que es llevar a que el país mejore sus finanzas. Esto les permite a los países financiarse –de otras fuentes- a menores costos. En el caso de países que típicamente han seguido políticas erráticas se necesita que el FMI cumpla ese rol de auditor externo.

Argentina ha optado libremente desmarcarse del FMI y eso sin duda pone una luz ámbar sobre la dirección de su política económica. Pero el FMI también debería repensar su rol después de estas dos decisiones. ¿Son Argentina y Brasil dos clientes que se gradúan o son dos países que ven el FMI un obstáculo? ¿Cuánto le va a costar a Argentina manejar el auto de su economía sin tener un seguro contra accidentes? La respuesta es nada, siempre y cuando no choque. Pero si choca, le van a quitar las llaves a Kirchner.

Publicado en El Comercio, Diciembre 22, 2005

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