Thursday, December 01, 2005

El problema es la forma como resolvemos los problemas

Es curioso como se discuten y se tratan de resolver los problemas en el Perú. Los congresistas aprueban su presupuesto, la opinión pública hace cargamontón y ellos retroceden. Algunos se llevarán la plata de otra manera y otros donarán nuestra plata recibiendo ellos el aplauso. ¿Qué fácil es donar esos recursos no? Frente a esta situación al ex presidente García se le ocurre decir que el cerraría el Congreso. Leo las encuestas y efectivamente la gente estaría feliz con que la solución sea cerrar el Congreso. Nuestra típica solución para una institución que no funciona es cerrarla o quitarle las funciones. Nos cuesta entender que los problemas normalmente están asociados a un sistema de incentivos perversos. Mientras no se modifiquen esos incentivos seguiremos teniendo los mismos resultados.

El problema está en que los partidos no hacen el trabajo de seleccionar a sus miembros de lista. Lo que sucede hoy, es que cada partido pone en venta sus listas parlamentarias. Los primeros 10 a 20 sitios (dependiendo de la antigüedad del partido) están reservados para las viejas glorias o para el círculo más cercano al candidato. Del 20 al 40 tienes que pagar una cifra para contribuir a la campaña del candidato presidencial, del 40 al 60 es más barato y así sucesivamente. La selección de candidatos al Congreso se hace en función a si están o no dispuestos a apostar por una candidatura. De esta manera los incentivos son perversos. Los potenciales candidatos ven esto como un negocio riesgoso. En función al calendario electoral y las últimas encuestas los candidatos al Congreso compran sus boletos de rifa encomendándose a Sarita Colonia. Según la nueva ley de partidos los partidos deberán hacer antes del 18 de enero la elección interna para determinar quienes conformarán sus listas al Congreso. ¿Serán realmente elecciones transparentes? ¿o sencillamente se aprobará lo que las billeteras ya decidieron? ¿Quién va a fiscalizar eso?

Los congresistas no quisieron eliminar la figura del voto preferencial porque consideran que la gente debe decidir por encima de lo que el partido decida. Sin embargo, el efecto de esto sigue siendo que cada candidato debe “cuidar su inversión” y hacerse conocido dentro de los más de 2000 candidatos que pelean por una curul. Otra vez el problema está en los incentivos.

Los congresistas Rey y Barba han propuesto que el cargo de congresista no sea remunerado. Creo que esto es exagerado. Nadie se quejaría si ellos ganaran 10 mil soles, pagaran sus impuestos sobre esos ingresos, asistieran a su trabajo puntualmente como cualquier hijo de vecino, y discutieran proyectos de ley relevantes. Los partidos no son castigados por escoger gente que no debería estar en el Parlamento. Los partidos son los llamados a representar nuestros intereses, ellos deben asumir su responsabilidad. Es por ello que debería haber castigo por no hacerlo. Pero también los ciudadanos debemos asumir nuestra responsabilidad y quienes crean que pueden hacer una mejor labor deberían intentar resolver estos problemas desde adentro, es decir, desde los partidos. Lamentablemente muchos preferimos estar en los balcones y ver como marcha la procesión en lugar de aportar lo nuestro.

Publicado en El Comercio, Diciembre 1, 2005

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