Thursday, November 24, 2005

¡Que me devuelvan mi plata!

Aquellos masoquistas que han seguido el debate sobre el presupuesto público habrán notado varias cosas curiosas. En la discusión, los congresistas han decidido otorgarse una asignación de S/.16.000 por gastos de desinstalación. El argumento es que, como ellos se habían otorgado una asignación por instalación al inicio de sus funciones atendiendo al hecho que varios son provincianos sin residencia en Lima, entonces había que hacerles la transición más suave. Esa vez cobraron todos. Limeños y provincianos por igual. Ahora todos quieren repetir el plato. Total, si ellos no pagan.

Como si esto fuera poco, los congresistas quieren cobrar una compensación por tiempo de servicios (CTS) que equivale a S/.50.000. No, no es broma. Claro, dado que la probabilidad de ser reelecto es bajísima, entonces, como premio por irse, les deben dar una retribución por su esforzada labor durante cinco años. Si usted es empleado dependiente, sabe que los fondos que hay en su cuenta de CTS, los cuales usted recibirá en el caso de salir de la empresa en la que actualmente trabaja, salieron del bolsillo de su empleador. En el caso de los congresistas, el dinero sale del Estado; es decir, de todos quienes pagamos impuestos. ¡Qué frescura! ¡Y usted todavía está pensando en si este candidato es mejor que el otro! ¿Dónde están los candidatos para defender nuestros bolsillos de semejante arrebato forzoso en plena luz del día y en transmisión directa por cable? ¿Sabe usted que solo cinco congresistas de los 120 votaron en contra del proyecto?

El fondo del asunto es que el Congreso tiene autonomía presupuestal. Eso significa que ellos se fijan su propio presupuesto y pueden, como han hecho esta vez, ignorar el límite que les ha sugerido (¿pedido?, ¿suplicado?) el MEF. Esto es bien raro. Por un lado no tienen iniciativa de gasto, pero por otro se pueden poner el sueldo y todas las gratificaciones que se les antoje. Ellos siempre preguntan cómo puede ser posible que un congresista gane menos que tal o cual funcionario. Ese argumento no tiene pies ni cabeza. Ellos tienen una función muy importante y deben ser compensados por esa responsabilidad, pero eso no implica que su sueldo deba estar en función a lo que se le paga a funcionarios del Poder Ejecutivo. La otra perla es que dicen que ellos ya han logrado bajar en S/.26 millones su presupuesto. Claro, si voy a pedir al cielo y voy a pedir poco --como dice el dicho-- debo estar loco.

Finalmente, uno estaría de acuerdo en pagar todas estas prebendas si viera efectividad en el trabajo. A todos nos pagan en función a lo que aportamos por productividad a nuestra empresa, menos a nuestros congresistas. Hay gente excelente, pero hay otros que son para llorar. ¿Qué se puede hacer? ¿Elegir a alguna vedette o algún dirigente del fútbol para el próximo Congreso? O de repente permitir que nosotros, los ciudadanos, podamos renovar nuestro voto a mitad de los cinco años de mandato. De esta manera, si nos salen con cosas parecidas los ponemos patitas en la calle, obviamente sin CTS o gastos de 'desinstalación'. Si no va a ser así, que me devuelvan mi plata.

Publicado en El Comercio Noviembre 24, 2005

Thursday, November 17, 2005

Desdolarizando contratos por ley en el Perú

No soy abogado así que voy a improvisar. ¿Qué es un contrato? Un acuerdo voluntario entre dos partes. Para que las partes de dicho contrato se animen a firmarlo no sólo tienen que estar de acuerdo en su contenido sino que éste debe incluir o debe ser obvio quien será el árbitro cuando surja una disputa entre las partes. Además está claro que ninguna de las partes ni tampoco un tercero debería unilateralmente modificar el contenido del mismo. Si eso se pudiera hacer estaríamos en la ley de la selva.

Desde 1992 el Código Civil nos permite firmar contratos donde podemos exigir que la retribución a un servicio sea pagada en dólares. Esto permitió dinamizar una serie de mercados porque le brindó una protección legal a una serie de personas y empresas que no querían correr el riesgo de que el tipo de cambio se moviera abruptamente y ellos perdieran en el camino. En ese momento, no había otra forma para que la gente alquilara sus departamentos, o que alguna gente prestara servicios profesionales si no podía exigir que a cambio le pagaran en dólares. Nadie se sentía protegido frente a un contrato en el que la otra parte pagara en soles la obligación.

Es cierto que los tiempos han cambiado significativamente y ya no tenemos la inflación que teníamos. Sin embargo, a pesar de estos cambios la gente sigue prefiriendo firmar contratos en dólares. ¿Cuestión de costumbre? ¿Miedo a la mano interventora del gobierno que en alguna época congeló los contratos? Sea como fuere, la gente hoy tiene la libertad de firmar contratos en soles o en dólares pero los hace en dólares cuando se trata de arrendar una casa.

Lo que no termino de entender y creo que el BCRP debería salir a explicar es cual es el mecanismo a través del cual este cambio en el Código Civil desdolariza la economía. Estoy de acuerdo con el BCRP que la economía peruana necesita desdolarizar para ser menos vulnerable pero eso no implica hacerlo sin importar como. Mi antigua arrendataria me alquilaba el departamento en dólares y no creo que esté interesada en que su nuevo inquilino le pueda pagar en soles. Uno diría la desdolarización ocurre porque el nuevo inquilino podría dejar de tener cuentas de ahorro en dólares dado que ahora puede pagar en soles pero eso no lo libera del potencial costo de una repentina subida del dólar. Es decir, dejaría de estar cubierto contra el riesgo que la misma obligación le cueste más soles. Del otro lado del contrato mi antigua arrendataria cambiaría su contrato en soles sólo si es que ve que puede perder mucha plata porque el tipo de cambio es muy fluctuante. En Brasil el tipo de cambio se cayó de casi 4 reales por dólar (fines 2002) a 2.25 reales por dólar. ¿Estarían dispuestos los arrendatarios a soportar esa caída en el valor del dólar sin modificar la moneda en que fijan los alquileres?

Finalmente, ¿quién va a supervisar que la ley propuesta por el BCRP se cumpla? ¿Un inquilino que no tiene ninguna capacidad de negociación en ese contrato bilateral? Lo importante es trabajar en los incentivos para que la desdolarización ocurra como un fenómeno de mercado, y por lo tanto voluntario. Lo otro sólo son buenos deseos.

Publicado en El Comercio, Noviembre 17, 2005

Thursday, November 10, 2005

El activo y el pasivo de Fujimori

El inesperado retorno de Fujimori sin duda ha removido la hasta ahora aburrida contienda electoral. Me resulta sin embargo difícil de aceptar que una buena porción de la población añore a Fujimori porque, como dicen algunos, a los peruanos no les molesta vivir bajo un régimen autoritario. Es cierto que cuando uno mira la última encuesta del Latinobarómetro Perú es el país donde la gente está más indiferente entre tener un régimen democrático y uno autoritario. Pero creo que hay una falacia detrás de estos términos. Creo que la gente lo que extraña es tener un capitán de barco, una sensación de que alguien conduce.
Es cierto que el principal punto débil de la gestión de Toledo no es la corrupción o políticas erradas, o incluso la ausencia de reformas. Creo que la diferencia más fuerte con respecto a sus predecesores ha sido tener tan poca capacidad de liderazgo, de hacer sentir que el estaba al mando. Es cierto que no hemos tenido un conflicto bélico con algún país vecino, o no hemos tenido que librar una batalla contra el terrorismo, o luchar contra la hiperinflación. Es decir, no ha habido grandes batallas que pelear. Al menos no aquellas en las que es fácil que todos estén de tu lado.
Quizás la principal batalla para Toledo haya sido el combate contra la corrupción. Sin embargo, ha sido una guerra larga, tediosa por ratos, sin grandes victorias y en la que muchas veces los enemigos se han literalmente fugado. El resto de batallas han sido más bien casi domésticas. Un presidente luchando contra su propio partido para que no pasen leyes inadecuadas, luchando contra sus propios aliados, o contra sus propios errores.
Pero quisiera resaltar un tema de singular importancia. Fujimori se ganó la imagen de ser un buen líder bajo un escenario que difícilmente se repetirá el 2006. Lo más probable es que el nuevo presidente vuelva a tener como lo tuvo Toledo un Congreso fragmentado sin mayorías claras y por lo tanto obligado a negociar alianzas, obligado a buscar consensos. Fujimori sólo gobernó así durante 1990-1992, hasta antes del autogolpe. El cual se produjo por el grado de conflicto entre el Congreso y un presidente que no estaba dispuesto a gobernar en un escenario como el que volveremos a tener el próximo año. Fujimori no supo gobernar bajo un escenario en el cual el no tuviera un Congreso a sus pies. Recordemos el triste papel de muchos que actuaban bajo el mandato de un beeper que coordinaba los consensos de la entonces bancada oficialista.
Haciendo un balance apresurado es cierto que Fujimori dejó en la memoria de los peruanos una imagen de ser líder, de ser conductor. Es cierto que los noventa fueron años en que se necesitó tener alguien al mando. Es más, creo que el Perú necesita tener alguien que de la sensación de liderazgo pues la tarea por delante no es sencilla. Sin embargo, dicho líder también deberá saber gobernar bajo el difícil ambiente de un Congreso fragmentado, con partidos a veces más interesados en cualquier otra cosa que en ayudar a gobernar.

Publicado en El Comercio Noviembre 10, 2005

Thursday, November 03, 2005

El reemplazo de Greenspan

En una decisión aplaudida por la gran mayoría el presidente Bush ha propuesto al Senado reemplazar al mítico Alan Greenspan por un ex profesor de Princeton, Ben Bernanke. Aunque para muchos esta movida ha sido muy esperada para otros es realmente un alivio pues Bush no había actuado como se esperaba en otras nominaciones clave en las últimas semanas, sobre todo en las que competen a los nuevos miembros de la Corte Suprema. Por esa razón esta movida si bien esperada por los mercados no deja de ser un alivio.

Greenspan que se retirará, después de largos 18 años al frente de la Reserva Federal, a fines de enero del próximo año será reemplazado por alguien muy distinto a él. Bernanke no es un participante del mercado como Greenspan sino más bien un analista del mercado. Y es esta característica la que más dudas generaba. Para nadie es novedad que el próximo año será uno especialmente complejo donde el riesgo de problemas financieros en las principales economías se ha incrementado notoriamente en los últimos meses.

La Reserva Federal el martes volvió a subir su tasa de interés de corto plazo llevándola a 4 por ciento. Esta decisión volverá a presionar la tasa de interés de largo plazo y por lo tanto seguirán las presiones para los países emergentes como el Perú. Lo que si sorprendió a los analistas fue que la Reserva Federal no fuera más enfática en señalar que el aumento de tasas va a seguir porque las tensiones inflacionarias no han cedido.

Conocí a Ben Bernanke en Chile en una reunión del Banco Central de Chile hace varios años atrás. Para entonces, Bernanke ya era uno de los profesores más prestigiosos de Princeton y uno de los especialistas en el análisis de la política monetaria. El acababa de publicar uno de los primeros libros discutiendo la idea de que los bancos centrales debían seguir un régimen de metas de inflación explícitas, tal como las que hoy sigue nuestro banco central.

Muchos especulan que una de las primeras cosas que promoverá será que la Reserva Federal tenga un compromiso explícito con respecto al nivel de inflación, igual que el esquema peruano. Sobre esto hay que entender que los plazos de Bernanke son más largos que los que estamos acostumbrados. El será presidente de la Reserva Federal por los siguientes catorce años. Así que lo más probable es que no haga nada espectacular si antes recibir de los mercados financieros el respaldo a sus credenciales académicas. La última vez que un académico ocupó ese cargo lo hizo terriblemente mal. Arthur Burns, un respetado profesor no supo enfrentar la inflación de los años setenta y renunció anticipadamente.

Como dato curioso la segunda vez que tuve contacto con Bernanke fue cuando envié un artículo académico para publicarlo y recibí una carta (anónima que luego me enteré era de Bernanke) explicándome las razones por las cuales mi trabajo no podría ser publicado. Sin embargo, sigo creyendo que el es la mejor elección que ha podido hacer Bush entre los candidatos que se habían voceado.

Publicado en El Comercio, Noviembre 3, 2005