Friday, May 19, 2006

La crisis de identidad del FMI

La semana pasada me invitaron junto con 20 académicos latinoamericanos a conversar durante el día con las más altas autoridades del Fondo Monetario Internacional. En un principio pensé que este seminario era una invitación más para conversar sobre los problemas pendientes de la región y para intercambiar ideas sobre los riesgos de la economía mundial. En realidad, esta reunión era parte de una larga lista de reuniones que las autoridades del FMI están teniendo con distintos grupos buscando encontrar respuestas para una serie de preguntas.

Déjenme poner el problema de una manera más fácil de entender. Para todos los que somos padres, es más fácil que nuestros hijos nos busquen mientras son mas chicos, mas indefensos y sobre todo cuando aun dependen de nuestras propinas. Cuando ellos empiezan a ganar su propio dinero nos resulta mucho más difícil obligarlos a tomar caminos que ellos no quieren. El FMI en cierto sentido parece hoy el padre de varios hijos que ya se graduaron de la universidad, con buenos trabajos, sus cuentas en orden y poco dispuestos a escuchar sus consejos. Más allá del problema de brecha generacional el problema del Fondo es más complejo pues a diferencia de nosotros cuya vejez será más placentera mientras mejor les vaya a nuestros hijos, el presupuesto del Fondo depende enormemente de prestarle a países en crisis. En su rol de banquero en emergencias sus ingresos están determinados por los intereses que cobra a países que se quedan sin recursos para atender sus obligaciones externas. Ahora que sus principales clientes Argentina y Brasil optaron por cancelar todas sus obligaciones el FMI no tiene los recursos que tenia antes.

Los padres que quieren controlar a sus hijos a través de recortarle sus propinas para que se porten bien pueden verse totalmente frustrados si los abuelos son una fácil fuente de ingresos sustitutos. Al FMI le pasa lo mismo. Hoy el financiamiento para los países viene en mucho mayor medida del mercado financiero privado. Es mas, muchos de los países han optado la misma ruta que la economía peruana y hoy están sentadas en una montaña enorme de reservas. De esta manera el FMI esta quedando fuera del juego. La importancia del FMI como estabilizador se reduce enormemente.

De esta manera el FMI que siempre cumplió el papel de doctor para emergencias va a tener que convertirse en el doctor de cabecera de las economías. El problema es que no parece que se necesitara el mismo FMI para hacer algo distinto. Para complicar mas las cosas, los verdaderos problemas –hoy- los tienen países como Estados Unidos o China, hijos muy grandes para que escuchen la solitaria voz del FMI. No obstante, mas de un analista señala que pronto los problemas regresaran y por lo tanto el FMI otra vez sentirá que tiene un rol que cumplir. Por lo pronto estos doctores repasan sus lecciones pues no hay pacientes para poner en practica sus conocimientos.

El problema del FMI se puede resumir en una sola frase. El FMI es muy grande para lo que debe hacer, pero muy chico para lo que quiere ser. El FMI no quiere solo dedicarse a supervisar a las distintas economías del mundo sino evitar crisis financieras mundiales pero por ahora no encuentra la forma de superar esta crisis de identidad.


Publicado en El Comercio, Mayo 11, 2006

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