Thursday, July 20, 2006

El principal enemigo de Alan

La suerte de un gobierno sin duda depende en alguna medida de la suerte en general. Las cifras de aprobación de este gobierno que ya le queda una semana serían radicalmente distintas si la economía mundial estuviera en recesión. Sin embargo, China volvió a crecer por encima de 10 por ciento, y eso que sus autoridades estaban tratando de frenar la economía. Obviamente, la suerte no lo es todo, también hay errores y aciertos de la propia gestión. La última semana -como para despedirse- el Congreso nos dejó la supuesta Ley de Modernización de PetroPerú, gracias a la cual, nuestros legisladores entienden que modernizar la empresa más grande del Perú implica liberarla de cualquier control y supervisión de parte de los verdaderos dueños de la empresa, es decir, nosotros los ciudadanos. Nosotros le confiamos al Ejecutivo a través del Fonafe la vigilancia de las decisiones que tomen los directivos de PetroPerú. Asimismo, el “maldito” SNIP sirve para que a algunas mentes brillantes -temporalmente- a cargo de la empresa no se les ocurra invertir recursos tremendamente escasos en sueños de opio o en delirios de grandeza. PetroPerú no es Petrobras o PEMEX.

Ayer me preguntaban sobre cómo hacer para impedir que cosas así pasen, cómo hacer para poner “candados antipopulismo”. La verdad de las cosas es que para eso están el SNIP, Fonafe, los portales de transparencia informativa, la obligación que exige a todas las iniciativas legislativas a incluir un análisis costo-beneficio, etc. Ese es exactamente su rol. Si el Congreso decide voluntariamente ignorar todos estos mecanismos con el supuesto pretexto de que así tendremos una empresa más moderna, lo único que podemos hacer los ciudadanos es exigir que deroguen la ley que acaban de promulgar. Algunos plantean sacarle la vuelta a la ley aprobada a través de un decreto de urgencia. No podemos estar reparando los daños hechos con la lógica de un taller informal de mecánica. Como el auto no tiene aire acondicionado que tal si le adapto un ventilador de techo, pero eso sí va a tener que manejar agachado... Así no es. Si el contenido de la ley es perjudicial para el país, qué sentido tiene mantener su vigencia.

En ese sentido, cabe preguntarse en qué estaba pensando la bancada aprista cuando votó a favor de esta iniciativa. Sin duda, sin sus votos esta iniciativa jamás hubiera pasado. La bancada aprista ha tenido un rol clave en este gobierno. Cuando la bancada de Perú Posible era la fuente de iniciativas desafortunadas que tuvieron que ser observadas por el Ejecutivo, fue gracias a la bancada aprista que no se insistió en ellas. ¿Quién va a jugar ese papel en el próximo gobierno si el culpable de los torpedos legislativos es la propia bancada aprista? ¿Lo que queda del humalismo? ¿La unida bancada de Unidad Nacional? Ya veremos que es lo que efectivamente pasa, pero sin duda uno de los principales potenciales enemigos del esfuerzo del presidente García por mantener el Perú por una senda de crecimiento y mayor inclusión es su propio partido. Obviamente que no podemos comparar la disciplina partidaria de los de la estrella con el resto de agrupaciones, pero una cosa es cuando se gobierna y otra cuando están en la oposición.
Publicado en El Comercio, Julio 20, 2006

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