El Ministro de Economía y su viceministro de Hacienda les toca estos meses defender el presupuesto. Entre las perlas a defender está la permanencia del Impuesto a las Transacciones Financieras. Este impuesto que nació temporal resultó ser una hierba mala que no hay quien la pode de forma definitiva. Los argumentos técnicos bajo los cuales se le dio vida fueron: (1) es un efectivo instrumento para reducir la evasión tributaria y (2) es un impuesto que recauda fácil en un momento de apremio fiscal. En esa época señalamos que si bien todo eso podía ser cierto no había que olvidarse que como cualquier impuesto tiene consecuencias no deseadas. La principal, sin duda, es reducir el tamaño del sistema financiero, pero sobre todo reducir la voluntad de participar en el sistema financiero pues este pasa a ser un instrumento de lucha contra la evasión. En este sentido, resulta por lo menos extraño que por un lado el Gobierno justifica que debe existir una exoneración tributaria para que los ahorristas no paguen impuesto a la renta pero a la vez el mismo Gobierno les pone un impuesto por hacer uso de esa cuenta de ahorros. ¿En qué quedamos, estamos promoviendo el mayor acceso al sistema financiero, o todo lo contrario? Lo invito a mirar su estado de cuenta y sumar lo que paga por ITF y lo que recibe por intereses. Le apuesto que usted es quien le paga al banco por tener sus ahorros guardados y no al revés.
Otra consecuencia tampoco deseada era que implicaba una penalización excesiva a aquellos sectores productivos que buscaban a través de la especialización una mayor eficiencia. Es decir, en lugar de que en una misma fábrica se produjeran los 40 insumos que se necesitaba para producir algo, lo lógico suele ser tener 40 proveedores especializados para cada insumo. Si integro todos esos procesos en la misma firma dejo de pagar ITF en cada una de las transacciones intermedias. En algunos sectores donde los márgenes comerciales son muy pequeños este efecto podría ser importante.
Los argumentos actuales para defender la permanencia del ITF ahora han abandonado lo técnico y han tomado un tono “progre”. Ahora se dice que como el TLC con los EEUU va a significar menores ingresos por menores aranceles (se olvidan a propósito el efecto de mayores importaciones en general y mayor IGV por mayor actividad económica) entonces “no les queda otra” que mantener muy a su pesar el odioso ITF. En el ínterin no hay hasta ahora ningún reporte oficial sobre lo que realmente ha logrado el ITF en términos de aumentar la base tributaria. Pero por lo visto hasta ahora parece que ningún congresista quiere aparecer como defensor de los ciudadanos que pagan impuestos. Parece que ninguno de ellos se acuerda que en la historia la institución del Congreso surgió como un mecanismo para evitar los abusos de los gobiernos que ponían los impuestos que les daba la gana para financiar sus aventuras militares. Hoy, se la gastan en otras cosas pero ningún congresista parece interesado en pedirle al gobierno que rinda cuentas de un instrumento que se creó con fines fiscalizadores y no de recaudación. Lo dije en el momento que crearon el ITF y lo vuelvo a repetir ahora: un ITF que recaude información puede tener una tasa de cero por ciento, sin ahuyentar el ahorro o promover la ineficiencia.
Quiero dejar para la próxima columna una evaluación más completa del proyecto de presupuesto que ha empezado a ser discutido en las comisiones del Congreso pero no quería dejar de señalar que a veces no se entiende que objetivo persiguen las autoridades. Aquí es claro que se necesita poner el acento sobre la verdadera labor fiscalizadora del Congreso. El Congreso (no éste, sino el anterior) votó a favor del ITF, ahora al actual le corresponde pedir cuentas sobre lo logrado y los efectos no deseados del adictivo ITF.
Publicado en El Comercio Septiembre 14, 2006
1 comment:
Me gustaria saber si existe algun estudio econometrico del impacto que este impuesto ha tenido aqui en Peru.
Gracias
Post a Comment