Una muy antigua tradición china dicen que inaugurada por el emperador Huang Ti allá por el 2600 antes de Cristo asigna nombres de doce animales distintos a los años. El 2007 es el año del chancho y normalmente este año está asociado a la abundancia y a los excesos. Todos sabemos que hoy la palabra china está asociada justamente a abundancia. La economía es una locomotora imparable de crecimiento. Tanto así que es la economía que ha logrado a través del crecimiento económico sacar a cientos de millones de chinos de la pobreza en un tiempo record.
Sin embargo hace un par de semanas una noticia enfrió los ánimos en ese país. La inflación había superado un record de más de una década. La inflación había alcanzado el 6.5% al año. Esta noticia que sin duda no parece abrumadora hay que explicarla mejor. En realidad, la economía china viene experimentando un alza significativa en los precios de los alimentos que ya bordea el 20% en el último año. Y curiosamente es el precio del chancho el que viene subiendo casi 50% en el último año. Como sabemos todos nosotros los peruanos amantes del chifa y de la cocina china, el cerdo es un elemento esencial en la dieta de los chinos.
Hasta ahora la respuesta de las autoridades chinas había sido subir moderadamente la tasa de interés para tratar de reducir el ritmo de crecimiento de la economía. La intención obvia era evitar mayores presiones de demanda por alimentos y por lo tanto una menor inflación. Si bien el Banco Central china ha aumentado cinco veces sus tasas en lo que va del año, estas alzas han sido más bien moderadas y por lo tanto de poco impacto. Resulta curioso que una economía tan dinámica como la china no sea capaz de producir más cerdos dado que los precios están al alza. Los chinos están queriendo disputarle la carrera espacial a los gringos y cosas por el estilo pero no pueden conseguir que el precio del chancho disminuya. Lo cierto es que este precio clave estuvo afectado por un problema sanitario en China que obligó a deshacerse de 10% de cerdos que tenían como destino un lugar en los platos de la comida china. Además las importaciones de cerdo se multiplicarán por cuatro este año para tratar de frenar a toda costa la escalada de precios.
Resulta aún más curioso –esta vez pensando en lo que viene ocurriendo en el Perú- que la respuesta de las autoridades chinas sea por un lado imponer controles de precios hasta fin de año a una serie de productos que aún son controlados administrativamente por el gobierno. Entre estos se encuentran los del transporte, los servicios públicos y también el combustible. Digamos que para haber buscado tanto ser reconocida como una economía de mercado esta medida es un poco inconsistente. Como si fuera poco, el gobierno ha exigido que los gobiernos locales aumenten el salario mínimo para evitar una sensación de descontento generalizada que pueda desencadenar en protestas sociales.
El próximo año será el año de la rata. En la tradición china, en dicho año se pagan los excesos del año previo. Han pasado dos décadas en que se alertó una y otra vez que el boom chino tendría que detenerse pues no había forma de crecer sin que dicho crecimiento generase presiones inflacionarias. Hoy más que nunca la inflación mundial está globalizada y todos los países, incluido el Perú, se han beneficiado hasta ahora de que la inflación china fue extraordinariamente baja. ¿Usted que cree? ¿Cambiarán los chinos de dieta o nosotros vamos a extrañar muy pronto y muchísimo el año del chancho?
Publicado en El Comercio, Setiembre 20, 2007
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