Sunday, June 07, 2009

Políticas contracíclicas en el Perú

Hasta hace unos años nadie hablaba de economías emergentes. Se utilizaba la expresión países menos desarrollados que era una forma menos directa de decir que el ciudadano promedio de dichos países era pobre. Pero en dicha categoría caían los países en desarrollo que les iba bien y también los que le iba mal. Para marcar la diferencia se empezó a utilizar el término “economía emergente”, entendiendo que eran economías que empezaban su proceso de despegue económico. El Perú hoy es un país emergente. La crisis global ha puesto a todos los emergentes contra las cuerdas y le pregunta ahora es si los emergentes podrán resistir la crisis o serán un país en desarrollo más.

El Perú como el resto de países de la región soportó todas las crisis financieras internacionales pasadas en clara posición de desventaja. En cada una de estas crisis la demanda externa se desplomó pero sobre todo aumentó mucho el costo del servicio de la deuda y los mercados internacionales de financiamiento se cerraban. Las crisis externas se volvían crisis cambiarias, bancarias y fiscales. Todo esto llevaba a que la duración de la crisis fuera mucho más larga y que la recuperación fuera una lenta convalecencia.

Durante los últimos veinte años el Perú ha luchado por avanzar en tener capacidad de adoptar políticas contracíclicas tanto fiscales como monetarias. Por un lado, se necesitaba hacer más independiente la política monetaria a pesar de estar más integrado a los mercados mundiales de capitales. El BCRP debe ser capaz de mover su tasa de interés de referencia cuando hiciera falta sin preocuparse porque se abra un diferencial entre esta tasa y la tasa de referencia de la Reserva Federal que promueva un desajuste en el mercado cambiario. Para que esa preocupación exista se necesita un menor nivel de dolarización financiera, mejores prácticas regulatorias en materia de riesgo cambiario y crediticio y fomentar el dinamismo de un mercado de coberturas cambiarias.

De otro lado, para que el MEF pueda hacer política contracíclica se necesita generar ahorros en los tiempos buenos para gastarlos en los tiempos malos. Esto no ha sido así. Lo que ha sucedido es que los tiempos han sido extraordinariamente buenos y eso ha permitido a la vez ser fiscalmente imprudente (gastar más de la cuenta cuando no hacía falta) y reducir el nivel de deuda de casi 50% a casi 20% del PBI. Esto, unido a la incapacidad de gasto de los gobiernos subnacionales, permitió tener mejores resultados fiscales que lo que realmente se tenía previsto. Pero a diferencia de lo que sucede en materia monetaria, en el lado fiscal no existen mecanismos automáticos para poner en funcionamiento la política contracíclica. Se han requerido una lluvia de decretos de urgencia para flexibilizar reglas y parámetros con el fin de aumentar el ritmo de ejecución del gasto fiscal.

No hay duda que hoy tenemos espacio para hacer políticas contracíclicas. A diferencia de lo que muchos creen, este espacio no es muy amplio; y por lo tanto, el crecimiento de la economía peruana seguirá dependiendo más de la reactivación económica mundial que la capacidad de maniobra local.

Publicado en revista de la Universidad del Centro, Agosto 2009

Saturday, June 06, 2009

En el dolor, (también) cobramos: Las AFP en debate

Dicen que lo único peor que perder dinero es pagar para que eso nos suceda. Esta frase resume el sentimiento de mucha gente hacia las AFP por su pobre actuación durante el 2008. Nosotros los afiliados les pagamos a alguna de estas cuatro empresas para que administren nuestros fondos para que luego tengamos una jubilación más tranquila. Si miramos las cifras del 2008 las cosas son de terror. Si fuimos de los que les gusta el riesgo y soñar con altas rentabilidades (fondo 3) a Diciembre del 2008 habíamos perdido 41.7% del valor de nuestro fondo en ese año. Si somos de los que ya peinamos canas pero todavía podemos correr sin pedir auxilio a paramédicos (fondo 2) la pérdida fue de 26.7%, y si somos de los que ya estamos próximos a la jubilación (fondo 1) la pérdida fue de 10.2%. Estas son las rentabilidades reales anuales, es decir, netas de la inflación. No quiero ni empezar a hacer cuentas de cuánto se cobró para merecer esto.

Pero el punto de este artículo es que basados en el razonamiento del párrafo anterior algunos han empezado a sugerir algunas soluciones que son desafortunadas. Una primera idea –aunque en realidad es reciclada- desde Plaza Bolívar es ponerle un tope máximo a las comisiones que cobran las AFP. ¡Gran solución! De esta manera los dueños de las AFP no podrán ganar tanto dinero. Para empezar, ¿acaso tiene sentido limitar cuanto dinero pueden hacer las empresas privadas? No creo. En segundo lugar, sabemos perfectamente que cada vez que ponemos un precio máximo generamos un montón de problemas al costado de esa solución tan creativa. Para empezar, la empresa puede empezar a cobrar por ofrecernos cualquier servicio que antes no pagábamos, es decir, cobrarnos por todo aquello que antes incluía dentro del paquete por el que pagábamos una sola vez. Talvez los congresistas no han leído la Constitución, la cual impide aprobar normas de control de precios.

La segunda idea es cobrarle a los dueños de las AFP cuando obtengan pérdidas manejando los fondos de pensiones de los afiliados. La intención es buena pues se ponen en línea los intereses de los afiliados con los de los dueños de las AFP. Si hay pérdidas a ambos les duele y ambos pagan. Lo que me parece poco apropiado es que este esquema sea para los 3 tipos de fondos que hoy las AFP ofrecen a sus afiliados. La SBS viene promoviendo –hasta ahora sin éxito- la idea del fondo cero, la cual creo que no tiene mayor utilidad.

Lo que tendría que suceder es que el fondo uno, que se llama de mantenimiento del capital no debería jamás tener una pérdida de capital. Las AFP deberían ofrecer cubrir patrimonialmente esas pérdidas porque no se puede vender algo con la promesa que no vas a perder el capital para luego decir que lamentablemente las condiciones de mercado no permitieron evitar esa situación. Me parece que el compromiso de las AFP debe ser patrimonial pero debe estar limitado a este conjunto de afiliados, aquellos que no tendrán más años para ver recuperar el valor de sus ahorros. En ese sentido, la propuesta actual de la SBS de compartir riesgos y ganancias entre las AFP y todos sus afiliados me parece inadecuada. Esos afiliados en los fondos 2 y 3 que ayer se estaban quejando, hoy están calladitos viendo que la BVL ha ganado más de 100 por ciento en lo que va del año.

Publicado en Negocios Internacionales, COMEXPERU, Junio 2009