Wednesday, January 20, 2010

Sorpresas de verano

Empezamos el año muy lejos de casa con varias sorpresas acumuladas en el correo. La principal no es este falso verano sino la decisión presidencial de volver a cambiar a su Ministro de Economía. Si algo empezaba a ser un claro matiz distinto con respecto al pasado era la mayor duración de los ministros en los gabinetes. Esto es algo muy positivo porque las políticas sorpresivas son reducidas al mínimo si son las mismas personas las que están en los cargos durante todo el mandato presidencial. Y la verdad que ese tipo de sorpresas son justamente las que quisiéramos dejar en el cajón de los recuerdos.

Lo cierto es que este año vendrá justamente cargado por ese tipo de potenciales sorpresas. La discusión pre-electoral inevitablemente se teñirá de exageradas propuestas de aquellos candidatos que no encuentran otra manera de aparecer en las portadas. Discutía esta semana que pasó con una docena de colegas de todas partes del mundo que en mi opinión el Perú ya entró a la zona de países donde las políticas no cambian de manera tan brusca. Ojalá no me equivoque porque esto es un elemento esencial para aspirar a ser un país más próspero.

Pero sólo el tiempo nos dirá como será este 2010 que empieza bastante movido. China será el centro de la atención más que EEUU. China debería empezar a desandar sus estímulos fiscal y monetario para aliviar el cargamontón internacional que no deja de pedirle que modifique su política cambiaria. Estos cambios en el manejo económico de China tendrán consecuencias significativas en los mercados de commodities y en los mercados financieros globales. El Perú volverá a enfrentar este año una larga lista de incertidumbres que son tanto malas como positivas. Insisto en algo que vendo diciendo hace tiempo, la tarea del MEF y del BCRP es tratar de manejar la economía reduciendo la posibilidad de que si alguno de estos riesgos se materialice ello implique un severo obstáculo al desarrollo de nuestra economía.

La Ministra Aráoz tendrá que ir suavemente removiendo el impulso fiscal que ayudó hasta donde pudo y la inversión privada hará lo suyo para retomar el dinamismo del crecimiento. Las buenas noticias locales serán en los próximos meses los bálsamos sagrados de las expectativas. Así que la Ministra tendrá la dura labor de encontrar la velocidad adecuada del gasto sin que eso implique la ira presidencial o la revuelta de los presidentes regionales y alcaldes que andarán en campaña tratando de inaugurar hasta lo inimaginable.

La agenda de la Ministra, que ya debe tener más borrones y anotaciones al margen que correcciones de una novela, deberá tener un objetivo central suponiendo que cualquier candidatura quedó en la lista de aquellas cosas que le negamos a nuestro ego. Para mi gusto aún no es claro en que consistirá el legado de mi ex vecina de oficina en la Universidad. Supongo que lo mejor es que el tema no será una sorpresa, sino el hecho que finalmente algún ministro intente asumir ese reto. Ayudemos que a todos nos conviene.

Publicado en El Comercio Enero 20, 2010