Tuesday, September 14, 2010

Dólar a 2.70

El 17 de Diciembre del año pasado la Universidad del Pacífico me pidió dar una charla para periodistas económicos sobre las perspectivas macroeconómicas del Perú para el 2010. Luego de la presentación una de las preguntas que hizo una periodista fue qué podría pasar con el tipo de cambio. Recuerdo que mi respuesta fue que no deberíamos extrañarnos que el tipo de cambio estuviera cerca a 2.70 soles por dólar para fines del 2010. Esto fue titular al día siguiente en uno de los diarios de la capital.

Mi objetivo con decir una cifra que para entonces sonaba descabellada era que la gente que toma decisiones pensara seriamente qué pasaría si ese escenario se terminaba convirtiendo en realidad. ¿Qué tendrían que hacer para protegerse de un tipo de cambio tan apreciado? ¿Qué ventajas se podrían obtener en esas circunstancias?

Estamos a unos pocos meses para cerrar el 2010 y el Perú está en una situación de privilegio: nunca ha habido más interés por invertir en el Perú. Los temores políticos han disminuido notablemente, nuestros TLC con varios países nos colocan como una plataforma de negocios globales, la gente siente que el Perú no sólo avanza sino que lo hará a toda velocidad. El riesgo de euforia está sin duda más presente que nunca, sobre todo porque el escenario global sigue poco alentador.

Lo que ahora corresponde para los empresarios es pensar en que un escenario probable es que el tipo de cambio el 2011 ronde los 2.50 soles por dólar. Así como lo lee, no se paralice, reaccione. Hay dos fuerzas que se contraponen. Por el lado comercial, habrá una fuerte presión de importaciones detrás del impulso provisto por la inversión privada. Sumado a esto este tipo de cambio tan apreciado debería empezar a poner presión sobre un segmento de nuestras exportaciones. El efecto de un mundo creciendo más lento debería aminorar lo primero pero acentuar lo segundo. Por el lado financiero, está claro que la Reserva Federal mantendrá buena parte del 2011 sus tasas de interés tan bajas como las que hoy. Sin embargo, en este frente es imposible suponer que el BCRP no vaya seguir subiendo tasas hasta al menos 5%. Es decir, mayor presión apreciatoria también por ese frente.

Corresponde a las nuevas autoridades económicas mitigar este riesgo. Entendamos que esta apreciación es mucho menor respecto a lo que países vecinos han tenido que soportar.

Publicado en El Comercio 15/Set/2010