En Cajamarca hay riqueza que le pertenece a toda la Nación. El presidente regional no piensa lo mismo. El no ha leído la Constitución que dice expresamente en su artículo 66: “Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento.”
Sin embargo, el gobierno no ha podido viabilizar el proyecto Conga. Este megaproyecto requerirá una inversión de más de 4 mil millones de dólares. Es decir, este proyecto representa el 10 por ciento de la inversión total en un buen año en el Perú. ¿Podemos darnos el lujo de postergar esta inversión? ¿Se imaginan cual será el comentario mañana en el inicio de la reunión anual de empresarios en Cuzco?
La inversión privada tal como se anticipaba ya se desaceleró en el tercer trimestre como consecuencia del remezón electoral y la incertidumbre que había respecto a la orientación del nuevo gobierno. Hasta ahora las sorpresas han sido positivas. Algunos errores, algunos escándalos pero nada realmente que desanimara la inversión. Keynes decía que si bien uno podría pensar que la inversión privada si era fruto de una decisión calculada, en realidad, pesaba en dicha decisión lo que el llamaba los espíritus animales de los empresarios. Se refería a que los empresarios pasaban de estados de euforia a estados de depresión. En el primer caso, cualquier proyecto les parecía rentable porque su entusiasmo los hacía suponer que los buenos tiempos iban a seguir por siempre. En el otro caso, el pesimismo no les permitía ver rentabilidad en ningún proyecto producto de su percepción de que la economía iba a irse al tacho.
Por eso es tan importante Conga. La forma como se resuelva el tema de Conga impactará de manera decisiva en esos espíritus animales. Si la solución es que el proyecto no va, tendremos una retracción significativa en la inversión privada. Los planes de inversión se reevaluarán porque ahora entrará en la decisión la sensación que el gobierno no tiene un norte fijo. Muchos podrían estimar que la bancada oficialista se dividirá y que los cambios de gabinete no terminarán en Diciembre. Si se hace a la mala el resultado es totalmente incierto.
Publicado en El Comercio Diciembre 1, 2011
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