Saturday, June 16, 2012

El progreso de las naciones


Los países en desarrollo como el Perú viven discutiendo como seguir creciendo en medio de los nubarrones externos.  Hace unos meses Daron Acemoglu, profesor de MIT, y James Robinson, profesor de Harvard, publicaron un libro que es muy interesante leer en estos tiempos. El libro se llama: ¿Por qué las naciones fracasan? Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Los autores discuten cuáles son esas razones que a lo largo de la historia han permitido que las naciones progresen. Luego de descartar contundentemente que la cultura o la geografía sean las razones que impiden que las economías continúen su camino a la prosperidad, los autores construyen el caso para sugerir que lo que realmente importa son las instituciones.

En particular, su argumento es que hay dos configuraciones en las instituciones económicas y políticas que son fundamentales. Se refieren a cuál es la forma como se organizan los incentivos económicos en los distintos mercados y cómo se distribuye el poder. Los autores clasifican a las instituciones económicas y políticas en inclusivas o extractivas. En el caso de las instituciones económicas inclusivas se menciona la defensa de la propiedad privada y la competencia en los mercados. No están hablando sólo de mercados libres sino de mercados inclusivos. Se dice que son inclusivas porque el esfuerzo personal es recompensado directamente a quien lo realiza, pero todos los ciudadanos tienen oportunidades porque el Estado se preocupa de proveer un piso parejo. Estas instituciones son fundamentales para la innovación, un elemento indispensable en la transición al desarrollo para las economías de ingresos medios. No se puede esperar que haya innovación donde quien hace el esfuerzo no puede apropiarse de las rentas que genera dicha innovación. Para eso se necesita que la propiedad privada se garantice y eso requiere no sólo reglas económicas predecibles sino un sistema judicial que no deshaga sesgadamente los derechos de cada parte involucrada.

Pero el problema está en que para tener instituciones económicas inclusivas se necesita tener instituciones políticas que también sean inclusivas y no extractivas. En estas últimas, el poder se utiliza por unos pocos para provecho propio sin que nadie ponga algún balance o freno a sus decisiones. Estas élites se benefician y sus niveles de ingreso pueden ser como los de las élites de los países desarrollados pero a costa de imponer un freno al resto de la sociedad y de la economía. Ejemplos abundan en la historia y en el presente: desde los conquistadores españoles hasta Carlos Slim en México. Este tipo de instituciones políticas imponen barreras a la competencia y se apropian los recursos de la mayoría gracias a su poder.

Es interesante reflexionar si nuestras instituciones políticas tanto a nivel nacional como descentralizado son inclusivas o extractivas. Claramente la actuación reciente de muchos gobiernos descentralizados pareciera ignorar lo que beneficia a la mayoría de sus poblaciones. Además, lo más preocupante es que no pareciera que hubiera nada a nivel central o descentralizado que ponga algo de balance frente a presidentes regionales que optan por imponer obstáculos al progreso de sus poblaciones. 

Publicado en El Comercio, Junio 16, 2012

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