Monday, November 19, 2007

Medir para saber, vigilar y aportar

Empecemos con una cifra. El presupuesto público para el 2008 será el doble que el de hace 7 años. No hemos tenido tanta inflación así que no podemos decir que esa es la explicación. El próximo año el Perú destinará más de 70 mil millones de soles para cumplir sus funciones. En números redondos esto representa el 20% del PBI. Las abultadas cifras se explican sin duda por los continuos record de recaudación con los cuales SUNAT nos recuerda que estamos pasando -hace varios años ya- por un período excepcional. Los altos precios de los minerales son en buena parte los responsables de que hoy podamos permitir que nuestro Estado gaste una muchísima mayor cantidad de recursos que en el pasado.

Sin embargo, el tema es que a la vez que asignamos estas fortunas para que el Estado logre cumplir sus funciones la sensación general es que el problema no es falta de plata sino falta de resultados. Estos días hemos sido testigos del cargamontón contra varios ministros porque el Perú salió mal evaluados en una serie de índices que comparan a todos los países del mundo. Más allá de concursos de belleza lo interesante de estos índices es que buscan en primer lugar marcar un punto de comparación y por lo tanto reforzar una preocupación o un orgullo según el puesto en el ranking. En segundo lugar, buscan generar la idea que hay mejores formas de hacer las cosas en el resto del mundo que podrían servir de punto de partida para ver que se debe mejorar en nuestra forma de hacer las cosas.

Para que este ejercicio sea posible se necesita determinar indicadores que tengan la virtud de mirar resultados posibles de medir. El primer reto es construir una serie de indicadores que la gente involucrada en el proceso pueda hacer suyo. Pongamos el ejemplo de educación. El Banco Mundial ha insistido mucho en este indicador muy sencillo que es cuantas palabras por minuto lee un niño que está en segundo de primaria. Haga la prueba con sus hijos o sobrinos.

Por años nuestro comentario de cajón frente a un nuevo presupuesto público presentado y discutido en el Congreso ha sido que lo que hace falta es mejorar la calidad del gasto público. Todos decían que era importante pero era poco o nada lo que se hacía para modificar esto. Finalmente el MEF se ha comprado el pleito y ha enviado un proyecto de presupuesto en el que se introduce por primera vez la idea de que la efectividad del gasto debe medirse no por la cantidad de recursos comprometidos sino por los resultados finales efectivamente logrados.

Una pieza esencial en ese proceso es evaluar apropiadamente lo que buscaban los distintos programas del Estado. Paso siguiente es alinear los incentivos de todos los involucrados para que ese resultado sea posible de obtener. Finalmente, es clave que más allá del incentivo adecuado exista la posibilidad de hacer lo que falta hacer. En una palabra que existe flexibilidad en la gestión de los recursos. No podemos pedirle a la selección que le gane a Brasil pero que solamente convoquen a los que juegan en el fútbol local. Son restricciones que no tienen sentido que exista si es que se tiene claro el objetivo a alcanzar.

La próxima semana el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico junto con la Comisión de Presupuesto y Cuenta General de la República del Congreso discutirán sobre estos temas con el objetivo de mejorar la propuesta que está haciendo el Ministerio de Economía y Finanzas. Como dice nuestro lema la idea es medir para saber (lo que está pasando), vigilar y aportar.

Publicado en El Comercio, Noviembre 14, 2007

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