Saturday, May 04, 2013

Equilibrio y Persistencia


En un país de surfistas sobre olas y de surfistas sobre presupuestos familiares todos deberíamos comprender la importancia y el valor del equilibrio y de la persistencia. Cada acción que tomamos parados en la tabla, cada decisión sobre nuestras finanzas familiares tiene un impacto en el equilibrio. Corremos el riesgo de caernos al agua, o caer en bancarrota si es que nuestras acciones son demasiado violentas, radicales, impensadas. Puede que eso nos lleve a que nos cataloguen a que llevamos una vida aburrida o que nos falta ese poco de atrevimiento e imprudencia para ser más como Sofia Mulanovich. Lo cierto es que inclusive ella sabe cuando vale la pena intentar algo más atrevido sobre la tabla y cuando simplemente va a conducirla al agua.  Debemos actuar basados en saber el costo y el beneficio de nuestras potenciales acciones.

Pero el segundo concepto está ligado al primero. Así como es crucial en la vida de una familia y de un surfista aprender a controlar su equilibrio, también es fundamental aprender el valor de persistir. De nada le vale a una familia administrar sus finanzas de manera impecable un año para el siguiente desbandarse en gastos que en realidad no podrán ser financiados.  Ese desvío de un año lo más probable tendrá un impacto no sólo en ese año forzando a la familia a recurrir a recortes en otros gastos que inicialmente no hubiesen querido aceptar, también tendrán un impacto en los años sucesivos. Por ello, la prudencia en las finanzas personales no es algo que debe hacerse ocasionalmente, el verdadero valor está en ser siempre prudentes, en la perseverancia. Eso es lo que nos permite tener un riesgo crediticio muy bajo, y nos permite darnos gustos a precios más cómodos. La perseverancia y el equilibrio están estrechamente relacionados entre sí. El surfista sabe que a pesar de haberse caído en la última ola, debe levantarse y volver a intentar para que su lectura de las olas sea el más cercano a permitirle tomar esos riesgos controlados. De nada le valdría al surfista cambiar de playa cada vez que las olas de una playa lo tiran al mar más de lo que el quisiera.

En el último reporte de la Oficina del Economista Jefe para América Latina del Banco Mundial se plantea la necesidad de que la región debe entender que ahora ya no se crecerá con viento de cola, sino que le toca remar si quiere seguir creciendo. Es decir, la región debe esforzarse más en emprender esas reformas que hagan sus economías más competitivas. Hoy no sirve confiar en que la inercia de la demanda mundial o de las reformas hechas en el pasado sean suficientes para sostener las tasas de crecimiento. Tampoco se puede confiar en que el mercado, inversionistas y consumidores estarán tranquilos o pasarán por alto tanto la inacción de los gobiernos como acciones claramente inesperadas. Los gobiernos tienen un margen de acción mucho más estrecho que el que quisieran. Están bajo constante monitoreo. Cualquier acción que rompa el equilibrio de lo esperable o deseable o cualquier falta de perseverancia serán tomadas en cuenta y serán la base para las decisiones de inversión.  Cuando no hay olas cualquiera se puede parar sobre una tabla. Ese escenario hace rato ya no está disponible para los gobiernos de la región.

Publicado en El Comercio Mayo 4, 2013 

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