Thursday, September 21, 2006

Entre la austeridad y la eficiencia

El Presidente García ha querido marcar una enorme diferencia anunciando desde el inicio de su gestión una cruzada por la austeridad en el manejo de los recursos públicos. El anuncio de sueldos más bajos para si mismo, ministros, congresistas y demás funcionarios públicos ha caído muy bien en la población. Nadie duda que había excesos y muchos trabajadores con remuneraciones por encima de lo que realmente debían ganar. Sin embargo, es difícil justificar que ciertos cargos de la administración deban tener sueldos cuyo límite sea no ganar más que el presidente. Ejemplo de ello es la dificultad que tuvo el gobierno en encontrar Presidente del Banco Central. ¿Cuánto vale tener un buen defensor de la estabilidad monetaria? ¿Así es como se va a consolidar la búsqueda del grado de inversión?

Entre los aspectos positivos del nuevo presupuesto destacan: (1) la voluntad de cumplir la Ley de Prudencia y Transparencia en su versión con sanciones; (2) el mayor peso que tendrá la inversión pública dentro del total del presupuesto, ojalá que esto no venga con un SNIP light; y (3) el compromiso de no aprobar nuevas exoneraciones, es decir, la de Puno fue la última. Aunque esto último parece que se está diluyendo.

Entre los aspectos negativos figuran: (1) las exoneraciones tributarias lejos de haberse reducido han aumentado y sobrepasan el 2% del PBI. Es decir, recaudamos 14.1% pero regalamos 2%; (2) el Ministro no quiere romper la tradición de que cualquier impuesto temporal es en realidad permanente, para muestra se quedan el ITF, el punto extra del IGV y el ITAN, ¿en qué momento la palabra empeñada del Estado valdrá algo? ¿por qué tenemos otra vez déficit fiscal si el ITF iba a ampliar la base tributaria? ¿o es que hemos gastado ingresos que no debimos?; (3) el Congreso redujo sueldos, gastos operativos y asesores pero su presupuesto será mayor que el de este año, ¿alguien puede explicar esto?.

La discusión más de fondo -que la empezó el ministro Carranza- sobre la forma como encaramos el ejercicio de armar un presupuesto se ha postergado. El señaló que su objetivo era cambiar la forma como se elabora el presupuesto público. Por algo ya se empezó pues hace unos días recibimos un pedido para analizar como se puede implementar el presupuesto por resultados en el Perú. Esto es algo fundamental. El SNIP de alguna manera filtra los malos proyectos de inversión pública pero hay muchísimo gasto corriente en la forma de programas y proyectos que no pasan por el SNIP pero que tampoco tienen una evaluación previa y ex post que permita saber si esos fondos deberían volver a asignarse al año siguiente.

Un segundo tema de fondo es el permanente uso de créditos suplementarios. Un funcionario de la Dirección de Presupuesto de Chile me decía que ellos no tenían ningún crédito suplementario. Crédito suplementario es una forma elegante de decir plata extra que entra, plata extra que gasto. Obviamente, pedir que eso se ahorre porque en realidad son ingresos extraordinarios es como firmar nuestra carta pase al Hospital Larco Herrera.

Publicado en El Comercio, Setiembre 21, 2006

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