Thursday, February 14, 2008

La inflación de los pobres


Los economistas vivimos mirando indicadores como si de ellos viniera nuestra energía. Somos como conductores viendo semáforos cambiar de color. Los indicadores nos permiten tener una rápida idea de que es lo que pasa en una economía o en un sector específico. Por eso es que protestamos tanto cuando nos entregan un dato mal calculado. Buena parte de nuestro diagnóstico se basará en los números que veremos.

Uno de esos indicadores clave de cualquier economía es la inflación. Este número es muy importante porque mide que tanto le cuesta vivir a una persona promedio. La palabra clave aquí es promedio. En realidad, la inflación mide que tanto sube o baja de precio una canasta de bienes y servicios. La idea es que esa canasta sea representativa para el conjunto de la economía. Puede ser que alguien ya no gaste en educación, pero el peruano promedio si gasta en la educación de sus hijos. Puede ser que alguien no viaje en combi pero el peruano promedio viaja en combi. Y así con el resto de cinco mil artículos que entran en dicha canasta.

Lo cierto es que la inflación tiene varios componentes y no todos van al mismo ritmo todo el tiempo. Por ejemplo ahora en la mayoría de los países la inflación de los alimentos se ha incrementado con mucho mayor fuerza que el resto de precios. Esto ha hecho que de pronto la gente vuelva a hablar sobre inflación. Por la mañana en la radio los reporteros se pasean por los mercados preguntando por los precios y se hacen encuestas sobre cuanto subió el corte de pelo y la lustrada de zapatos. Para una economía cuya inflación bordea el 4% pareciera que las cosas están fuera de proporción, ¿no les parece?

Sin embargo, para muchas personas –me incluyo- la sensación al ir de compras al mercado es que todo está más caro. Con esto en la cabeza le pedí a mi asistente de investigación que preparase un cálculo distinto al que hace el INEI. Le pedí que tomara la encuesta nacional de hogares donde cada tres meses le preguntan a un grupo de familias en qué gastó sus ingresos y con qué productos llenó su canasta de consumo. Con dicha información calculó la inflación por deciles de ingreso. Es decir, cual es la inflación para los distintos segmentos de ingreso en el Perú, desde los más pobres hasta los más ricos. La sorpresa es que la inflación de los más pobres hoy es 7.2% mientras que la inflación de los estratos más adinerados es de 4.5%. Esta situación obviamente se explica por el alza de los alimentos y el mayor peso de estos en la canasta de consumo. Lo curioso es que cuando uno hace el cálculo para años anteriores la situación era exactamente la opuesta. Sin embargo, hoy las diferencias son mucho mayores entre pobres y ricos. ¿Le importará este dato al BCRP? ¿Al APRA?

El trabajo fue hecho por Edgar Salgado (CIUP)

Publicado en El Comercio Febrero 14, 2008

No comments: