Thursday, April 07, 2005

Dólares falsos

La semana pasada en mi primera clase de teoría monetaria le explicaba a mis alumnos que una de las funciones principales del dinero fiduciario es servir como depósito de valor. Es decir, nos permite guardar parte de nuestra riqueza y mantenerla en el tiempo. Para que esta función se cumpla a cabalidad se necesitan varias cosas. Lo primero y más importante es que como todo dinero fiduciario su valor está basado en que todos crean que un pedacito de papel con algún héroe local o extranjero vale lo que dice impreso. Fiduciario viene de confianza, el día que se pierde la confianza ese papelito de colores no vale más que un billete para jugar Monopolio. La segunda es que pierda su capacidad de compra por inflación en dicha moneda. Pero ese no es el tema ahora.

El tema de los dólares falsificados es un excelente ejemplo para mis alumnos porque el tema central es que los costos para diferenciar cuáles billetes de la ahora famosa serie CBB2 2001 los hicieron los pakistaníes y cuáles por la Reserva Federal son muy elevados. Esto ha afectado la confianza sobre el billete verde y hasta que ese costo de transacción no se reduzca significativamente esto será un impulso a la persistente desdolarización que estamos observando.

Lo curioso es que los soles están sujetos a una muchísima mayor presión de billetes y monedas falsificados pero no hemos visto un efecto similar al de esta semana en que los cambistas han aprovechado para cambiar billetes de cien dólares potencialmente falsos con un descuento de más de 70 por ciento. Si de 40 millones de dólares que fueron remesados a Estados Unidos, la Reserva Federal informó de la presencia de aproximadamente 2,600 billetes falsos, estamos hablando de que la probabilidad que un billete fuera falsificado no superaba el 0.65 por ciento. Tremendo negocio para los que se arriesgaron.

Obviamente como todo falsificador eficiente los pakistaníes han falsificado billetes de alta denominación conscientes de la calidad de su trabajo. Si un falsificador carece de dicha tecnología tiene que limitarse a falsificador billetes y monedas de baja denominación donde nadie está mirando diez veces si el vuelto ha venido cabeceado.

¿Porqué no ha pasado esto con los soles falsos? La respuesta es simple. Los métodos de falsificación son peores y por lo tanto más fácilmente detectables y por lo tanto no es difícil diferenciar el falso.

El dólar, cumple en la economía peruana básicamente la función de depósito de valor. En algo ha venido cediendo esta función al sol en estos últimos años pero los activos denominados en dólares siguen siendo nuestro principal vehículo para mantener nuestra riqueza financiera. Por el momento, hay que tener un poco de paciencia y los bancos deberían asumir el costo de no haber detectado billetes que ellos mismos entregaron vía cajeros automáticos y por las ventanillas. Una cosa es perder momentáneamente la confianza en los billetes y otra es perder la confianza en los bancos.

Publicado en El Comercio Abril 7, 2005

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