Thursday, December 15, 2005

Patear al perro no sirve

Estuvo en Lima uno de mis más entrañables maestros, el profesor de UCLA Arnold Harberger a quien seguro le otorgarán el Premio Nobel de Economía en los próximos años. El dictó una conferencia sobre las razones porqué crecen los países. Quisiera rescatar dos temas de esa charla. El primero es que si uno mira la evidencia internacional la principal fuente de crecimiento es la reducción de los costos reales de la producción. Esta reducción tiene a su vez muchas causas. Algunas son mejoras tecnológicas pero no son las únicas. Hay mejoras en la gestión de las empresas, se reformulan los procesos, se rediseñan las estrategias comerciales. Otras reducciones se producen gracias a que la escala de operaciones de las empresas aumenta para lo cual se necesita de mercados más amplios.

El segundo es el rol de las decisiones de política económica en el crecimiento. El sostuvo que las políticas sin duda pueden destruir economías y mencionó nuestra experiencia durante el gobierno de García o el desastre durante el gobierno de Salvador Allende en Chile. Pero pensando en positivo las políticas deberían abrir oportunidades, reducir las barreras para que las empresas privadas cumplan con su rol de buscar permanentemente generar mayor valor. Muchas veces las políticas gubernamentales más bien desorientan, obstaculizan o directamente impiden que el esfuerzo emprendedor se materialice.

El profesor Harberger señaló un tema que en este ambiente electoral es crucial. Revisando la experiencia de todos los países del mundo pretender crecer a tasas de 7% siempre es soñar, eso normalmente no pasa y si pasa dura unos años. Lo que si puede pasar es que cada buena decisión de política económica contribuye a que la tasa de crecimiento sea potencialmente mayor. Es muy difícil pensar en decisiones que eleven la tasa de crecimiento de manera permanente en más de un uno por ciento. Esto sin embargo no debe desalentarnos. Por el contrario, Harberger utilizó el ejemplo de que si uno está entrenando a su perro a correr no puede basar su estrategia en darle una patada. Es cierto que esa “política” hará que su perro corra rápido por un momento pero luego inevitablemente se detendrá. Hacen falta otras “políticas” como alimentarlo todos los días, cuidar su salud para que realmente pueda correr largas distancias. Esa persistencia, esa paciencia resulta muchas veces escasa cuando se discuten y diseñan políticas. La necesidad de hacer pruebas piloto antes de embarcarse en políticas que implican un enorme gasto como el programa Juntos son un ejemplo de la necesidad de hacer las cosas con prudencia y paciencia.

Hoy estamos discutiendo el primer tratado de libre comercio que el Perú ha negociado con EEUU. ¿Estamos concientes que para esta decisión de política tenga un mayor impacto positivo debemos seguir en esa ruta? Es decir, debemos negociar por lo menos otros acuerdos con China y la Unión Europea. De otro modo, el impacto de estas políticas será importante pero pasajero. El país recibirá un impulso en su tasa de crecimiento pero necesita más que eso, necesita persistencia en esas buenas políticas, en las que permiten que la empresa privada pueda desarrollarse.

Publicado en El Comercio, Noviembre 15, 2005

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