Wednesday, October 10, 2007

¿Más impuestos?

Esta semana estuve en una conferencia donde discutimos los casos de cinco países de la región: Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Perú. El tema de la reunión era qué se podía hacer para que las reformas que se habían hecho generen más crecimiento. Como suele pasar en estar reuniones todos los presentadores tienden a exagerar hacia lo negativo como si fuese un deporte regional el competir por cuál de los países es el que lo hace peor que el resto. Pero lejos de contarles quien ganó el concurso del patito más feo de la región déjenme contarles algo más en línea con nuestra discusión actual. La pregunta de la semana pasada en el Perú ha sido si deberíamos aumentar impuestos y no reducirlos como algunos vienen pidiendo. La idea para muchos es que el Estado peruano recauda muy poco y por eso hace muy poco. Es más yo añadiría que para muchos la falta de recursos que enfrenta el Estado pone en riesgo todo el paquete de reformas ya en marcha. Justamente por eso, se justifica que se recaude más para poder tener con qué afrontar políticas explícitamente guiadas a compartir mejor los beneficios del crecimiento con la mayoría de la población.

Lo curioso es que los casos de Colombia y sobre todo Brasil muestran que si algo se hizo mal en dichos países es que se siguió la ruta de aumentar impuestos para poder atender a una creciente cantidad de nuevas obligaciones del Estado. De esta manera, Brasil pasó de tener una presión tributaria (impuestos recaudados sobre PBI) de alrededor de 20% a comienzos de los años ochenta a 35% en el 2007. Esta cifra parece sacada de un país nórdico más que de un país latinoamericano. La cifra es aún más preocupante dado que Brasil es la economía más desigual de la región y una de las más desiguales en el mundo. En sencillo, no hay muchos a quienes cobrarles impuestos directos como en Suecia o Finlandia. La forma de hacerlo es cobrar impuestos por todos lados y a todos. O si no, simplemente se tendrían tasas prohibitivas de impuestos a las personas de más altos ingresos.

Lo importante aquí es que en la discusión surgió la pregunta que es lo que hubiese pasado si Brasil no hubiese seguido el camino de poner dentro de su Constitución una serie de obligaciones para el Estado que han hecho que el tamaño del mismo se haya duplicado en los últimos 20 años. Los autores del estudio muestran que el PBI brasileño podría haber sido 22% más alto si el Estado no hubiese crecido de forma tan desproporcionada. La cifra es suficientemente grande como para pensar dos veces si el Perú debería seguir el ejemplo brasileño de aumentar el tamaño de su Estado sin preocuparse de aumentar condiciones mínimas de eficiencia en su gasto. Siempre se cita al programa Bolsa Escola (el Juntos brasileño) como un ejemplo pero este programa no es más del 1% de la recaudación impositiva. En el resto de las políticas públicas brasileñas hay más bien montón de ejemplos de lo opuesto: gastos dirigidos a unos pocos con muchos recursos, rescates financieros a bancos y cosas por el estilo.

Cierro la columna con una pregunta. ¿Por qué tenemos que sacrificar la calidad de las políticas de gasto público utilizando el Estado para cosas en las que el mercado es un mejor mecanismo para garantizar un mayor acceso a los beneficios del crecimiento?

Publicado en El Comercio Setiembre 27, 2007

2 comments:

Anonymous said...

Más que aumentar los impuestos para atender al sector de la población más pobre del país no será mejor aumentar la calidad del gasto público.
En el libro del Prof. Vasquez "Los Niños Primero" me parece que decia que el solo el 20% del gasto público dirigido a los vasos de leche llegaba a sus verdaderos destinatarios y el 80% restante se perdia por corrupción, personas que se aprovechaban del programa de asistencia pública, y burocracia.

Eduardo Morón said...

Ese es el mensaje al gobierno: primero aumenta calidad del gasto, luego discutamos si te entrego más recursos.