Thursday, February 21, 2008

Impuestos en dólares

Dentro de unas semanas a todos los contribuyentes se nos amargará el día porque tocará el pago del impuesto a la renta, mejor dicho, la regularización de dicho impuesto. Como siempre SUNAT nos obligará a pagar nuestros impuestos en soles. A la SUNAT no le interesa si es que parte de nuestros ingresos fueron en soles y otros en dólares. En teoría monetaria eso es lo que se llama una restricción legal. El uso de este tipo de restricciones legales le otorga una característica adicional a la moneda nacional que el resto de activos financieros deben suplir con alguna otra característica. Es decir, el darle la exclusividad en el pago de impuestos a los soles le otorga una mucho mayor liquidez a los soles frente a cualquier otra alternativa. De esta manera hago más interesante tener soles que –por ejemplo- dólares. Por lo tanto, estoy menos dispuesto a mantener dólares pues si bien sirve para muchas transacciones para esta en particular no sirve.

Es por esta razón que los exportadores, quienes se deben haber agotado todo el stock de papel tissue durante los últimos meses en que el tipo de cambio se ha apreciado con persistencia, han sugerido como una tabla de salvación que la SUNAT y el MEF den su brazo a torcer y fortalezcan el dólar a través de levantar esta restricción legal que hoy fortalece a un nuevo sol que no necesita tanta ayuda para lucir fuerte (léase apreciado).

Hasta ahí uno estaría tentado a decir: “¡Excelente! Asunto resuelto”. Veamos por qué no es así. Este análisis peca de ingenuo porque no estamos considerando que es lo que está pasando con el resto de agentes que participan del mercado cambiario. Hoy lo que está pasando en la práctica es que un conjunto de exportadores que reciben dólares se ven obligados a no demandarlos, es decir, venderlos para comprar soles para pagar impuestos. No se puede decir que es lo que va a pasar con el precio de un activo determinado viendo sólo un lado del mercado cambiario. La forma como al final se determina el precio es sumando todas las demandas y todas las ofertas. Una vez que se sepa que es lo que pasa en términos netos uno podrá saber que es lo que sucederá con el precio.

Pongamos un ejemplo sencillo a propósito del paro agrario de estos días. Si entran menos camiones con limones al mercado mayorista lo más probable es que la demanda será mucho mayor que la oferta y por lo tanto el precio del limón se irá por las nubes. ¿Está bien el análisis? La respuesta es no necesariamente. Hay un elemento que no se está considerando. Puede ser que haya un ofertante de limones que no está siendo incluido en el análisis. Por ejemplo, que pasa si la ausencia de camiones que vienen complicados por problemas en la Panamericana Norte se resuelve con la importación de limones desde Ecuador. En ese caso, el precio del limón no tendría razón de ser distinto con o sin paro.

Si lo que quiero es deshacerme de una papa caliente (el dólar barato) y que el que pague las consecuencias sea el Estado al mantener la papa caliente en sus manos entonces estoy hablando pura y sencillamente de un subsidio. Resulta curioso que el causante de que la papa esté caliente sea el boom del propio sector exportador y no el Estado, pero eso es otro tema. Sólo quería mencionar que países como Chile que reaccionaron a la apreciación del peso permitiendo el pago de los impuestos en dólares no han logrado nada. La apreciación del peso sigue viento en popa y a diferencia del Perú la ausencia de una política de intervención del Banco Central en el mercado cambiario ha obligado al sector exportador chileno a utilizar con mucha frecuencia mecanismos de cobertura mientras que aquí todos los exportadores dicen “si la cobertura me la da el Banco Central”.

Publicado en El Comercio, Jueves 21 de Febrero de 2008

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