Mis opiniones sobre temas diversos sobre economía y política en el Perú y en el mundo.
Thursday, September 01, 2005
Te lo dije
Frente a este anuncio uno tendría que preguntar porqué ciertas promesas si se cumplen y otras no tanto. En el juego de repartir los ingresos públicos hay algunos que se han beneficiado más que otros por distintas razones y circunstancias que ahora no me interesa discutir. Lo cierto es que los aumentos salariales –a cambio de nada- han sido y seguirán siendo financiados por estos impuestos que estoicamente seguiremos pagando, los que pagamos. Entre las primeras promesas del nuevo ministro está que los gastos no financieros sólo crecerán 2.8%, es decir, respetará lo que dice la Ley de Transparencia y Responsabilidad Fiscal.
Cuando doy clases sobre política fiscal en la universidad normalmente discutimos que una de las herramientas que los gobiernos suelen utilizar para atenuar el impacto del ciclo económico es justamente la política fiscal. La idea es que el gobierno reducirá los impuestos en momentos de recesión para que la capacidad de gasto agregado de la economía aumente. De manera simétrica el gobierno aumentará los impuestos cuando la economía esté acelerada. Eso es pura teoría, porque en este gobierno la presión tributaria viene en aumento. Es decir, los impuestos están creciendo incluso más que lo que la tasa de crecimiento de la economía. ¿Raro, no?
Algunos justifican esta decisión en el cajón de sastre de moda: las inagotables demandas sociales que deben ser atendidas. OK. Eso cuadra porque como lo vengo diciendo hace mucho este gobierno ha optado por recaudar porque tiene que gastar y gastar porque tiene que durar. En ese sentido la política fiscal ha sido eficaz.
La otra sorpresa, esta si positiva, que trae el MMM es que el nivel de deuda pública total sobre PBI finalmente se redujo gracias al arreglo con el Club de París. Después de años de recaudación record no habíamos logrado bajar este indicador casi nada pero el arreglo logró bajar este ratio de 45% a 39%. Esto es notable y saludable. Porque esto se ha hecho sin que hayamos sacrificado gastos corrientes (que siguen subiendo) para reducir el peso de la deuda.
Finalmente, el MEF sigue soñando con respecto al escenario externo pues no hay mayores baches en la tasa de crecimiento del PBI de aquí al 2008. Ojalá esto sea así. Lo cierto es que la teoría mandaría a ser más prudentes dada la proximidad de un escenario externo menos favorable. De repente están esperando otro “te lo dije” de aquí a unos meses.
Publicado en El Comercio, Setiembre 1, 2005
Thursday, August 25, 2005
¿Y los informales?
En toda discusión se tiende a exagerar de cada lado. Si bien es cierto que la gran mayoría de la población tiene un contrato informal de trabajo también es cierto que muchos de ellos son independientes y por lo tanto jamás tendrán un contrato con vacaciones, CTS, seguridad social o cosas por el estilo. A ellos podría no importarles que se perfeccione la norma que regula los contratos formales. Lo cierto es que eso es parcialmente cierto. ¿Por qué? La razón es simple, muchos de los trabajadores que hoy están en el mercado de trabajos informales también podrían buscar un empleo formal, al no conseguirlo terminaron siendo informales. Muchas veces ellos tienen que decidir entre un trabajo que les ofrece un contrato formal y otro informal. Un contrato formal puede pagar menos (por todos los descuentos de ley) que el otro y hará más difícil la decisión para el trabajador.
Como en muchos problemas la gente con más problemas es la que está con un pie en cada lado. Los que pueden estar bajo un contrato formal pero no pueden acceder a uno y los que pudiendo estar en un contrato formal optan por un contrato informal. En ambos casos el problema es que los números no dan.
En el primer caso, es la empresa a la que los números no le dan para pagar un contrato formal. No es que el trabajador no valga la pena y no sea de interés de la empresa de retenerlo, sencillamente la empresa no es lo suficientemente rentable para poder cubrir los costos de un contrato formal. Pero el problema no sólo está en el costo de entrar al mercado laboral, también importa el costo de salir del mismo. La empresa podría argumentar que dada su precaria capacidad de generación de ingresos no tiene lógica atarse a un trabajador que le costaría mucho despedir si estuviese bajo un contrato formal. Es por esto que los cambios propuestos no sólo deben actuar sobre los costos de entrada sino también sobre los de salida.
En el segundo caso, es el trabajador al que no le conviene el contrato formal. Más preocupado por las urgencias de tener un mayor salario –hoy- frente a tener algo de protección –mañana-, opta por un contrato informal. Una sola frase sobre la oportunidad de discutir este tema en esta coyuntura. ¡Maduremos! Es ridículo escuchar que hay temas que no se pueden discutir porque los congresistas están pensando en las elecciones. Entonces, ¿para que tenemos congresistas elegidos por 5 años? Si no pueden discutir apropiadamente estos temas que el último año se vayan a su casa o a hacer campaña para su reelección y nos ahorramos sus sueldos.
Publicado en El Comercio, Agosto 25, 2005
Thursday, August 18, 2005
El poder de los incentivos
Las principales “barreras a la entrada” eran: (1) una sensación de que el sistema privado de pensiones estaba bajo constante amenaza legislativa; (2) el mercado potencial de nuevos afiliados es muy chico. Nadie quiere lanzarse a gestionar una empresa donde lo que importa es el largo plazo, pero no se sabe si las reglas serán las existentes o unas diametralmente distintas. Nadie quiere formar una empresa donde sabe que el tamaño de mercado depende del tamaño de un sector formal que prácticamente no ha crecido.
Esto nos lleva a la segunda reflexión. ¿Porque no pasó esto antes? Yo diría que hay dos efectos que han jugado en contra de un mayor dinamismo competitivo en el mercado de AFP. Uno: competir exige diferenciarse. Dos: competir exige libertad de elección. Si uno observa un mercado donde hay muy poco margen para ofrecer algo distinto a lo que ya ofrecen las demás difícilmente se lanzará a la piscina. ¿Por qué nuestros nuevos chefs siguen abriendo restaurantes en Lima? Básicamente porque creen que lo que ellos ofrezcan será distinto a lo que hay y le quitarán un pedazo de ese mercado a los actuales restaurantes. Para eso se necesita que los clientes puedan moverse libremente de un restaurante a otro. Si la regulación me obliga a almorzar en el mismo restaurante todo el año, o si debo pedir un permiso para cambiar de restaurante estoy creando condiciones de mercado que no favorecen la competencia. La SBS ha venido cambiando las regulaciones para que esto en efecto suceda: mayor libertad en los traspasos, la creación de los multifondos y la posibilidad de los descuentos por permanencia.
La última reflexión es remarcar el poder los incentivos de mercado. Muchos criticaron el tamaño de las utilidades de las AFP. Pero son precisamente esas utilidades las que han activado todo lo que hoy estamos viendo. Todo este escenario de renovada competencia hubiera sido impensable si el Congreso aprobaba proyectos de ley como los que proponían que la comisión sea no mayor a 1 por ciento, o el que proponía que el Estado debe tener su propia AFP con reglas distintas a las de las AFP privadas. La competencia funciona cuando dejan que los incentivos funcionen. Hoy los afiliados al Sistema Privado de Pensiones están mucho mejor servidos gracias a la competencia. ¿En qué estarán pensando los afiliados al Sistema Nacional de Pensiones?
Publicado en El Comercio, Agosto 18, 2005
Thursday, August 11, 2005
El jamón de la interoceánica
El problema es uno y solamente uno. Imagínense que el director del colegio de su hijo le avisa que las pensiones subirán porque ha decidido que, frente a los airados reclamos de dotar de mayor seguridad al colegio, sería una gran idea invertir 800 millones de dólares en mejorar la infraestructura del colegio y hacer de la escuela un bunker capaz de resistir un ataque nuclear. Inmediatamente diríamos que esto no tiene sentido y que jamás pondremos un sol por que el proyecto no se justifica. Los beneficios que traerá el proyecto no son significativos más allá de lo que pueda pensar algún padre terriblemente paranoico. Más de uno le sugerirá al director que porqué no plantea hacer algo que si valga la pena y que los padres puedan costear dados sus ingresos.
¿No le quedó claro? Intento con otro ejemplo. Ahora usted acaba de probar su primera camioneta 4x4 y ya está decidido a comprarla. Pero antes de cerrar el trato el vendedor le dice “usted debería ponerle un sistema de luces especiales que nos acaban de llegar de Italia, son lo máximo si usted tiene que atravesar túneles muy largos como los que pasa el Tren Macho”. Usted fue solo al concesionario así que no tiene a quien preguntarle si lo que acaba de escuchar es el más grande disparate o si en verdad usted debería pagar los 3 mil dólares adicionales que cuestan los benditos focos anti-neblina-dentro-de-túnel-recién-llegados-de-Italia. En ese instante la duda lo asalta (además de lo que ya le está haciendo el vendedor) y le dice al vendedor: “sabe, me encantarían las luces que me ofrece, pero la plata no me alcanza”. Y usted siente que con eso alejó el peligro. Nada más lejos de la verdad. El vendedor retruca instantáneamente como si hubiese intuido su reacción: “pero si nosotros se lo financiamos”. En un último intento, usted le dice: “Déjeme consultarlo con alguien que sepa de esto”. Aún más rápido el vendedor le dice: “No. El tiempo apremia. El financiamiento sólo se lo puedo garantizar hoy”. Usted, desarmado de argumentos y carente de alguna opinión técnica que refute al vendedor, firma el contrato, pagadero en cómodas cuotas por el resto de su vida. Así es, la próxima vez que algún desubicado le prenda unos focos anti-neblina-dentro-de-túnel-recién-llegados-de-Italia en el túnel de la Herradura usted ya sabe quien es.
¿Aun no me dejo entender? Va mi último intento. Tengo un amigo que cuando vamos a comer un sándwich el paga un sándwich mixto pero pide que le quiten el jamón. Es decir, le dan un sándwich de queso. ¿Por qué hace eso? Porque lo que a él efectivamente le gusta es el sándwich de queso. En otras palabras, no le da ningún uso al jamón. Le basta con el queso. Bueno asfaltar la interoceánica es el jamón del sándwich de mi amigo. Para los que aun no entienden el título original de esta columna era: “El fin no justifica gastarse todos los medios”.
Publicado en El Comercio, Agosto 11, 2005
Thursday, August 04, 2005
Reflexiones después de Fiestas Patrias
Este resultado es muy bueno de destacar porque somos un país partido en dos y típicamente ellos no tienen voz, a ellos no los entrevistan, a ellos no los visitan los políticos más que antes de una votación. Ellos han aumentado sus ingresos y por lo tanto la pobreza rural se ha reducido. Aquí cabe una primera pregunta: ¿ha sido suficiente? Obviamente que no. Y la razón no sólo es que sus ingresos deberían aumentar más para salir de la pobreza sino que ¿mejoró la calidad de la educación en esas zonas?, ¿mejoró la infraestructura pública? Probablemente aún no.
En tercer lugar, hay un gran sector de la población: diríamos los limeños con ingresos entre 500 y 1500 soles quienes no han visto incrementar sus ingresos a pesar que la economía peruana ha crecido cuatro años seguidos de manera sostenida. Esto es raro y merece una explicación. El estudio aquí no entra en mayor detalle porque buscó medir más que explicar. Una posible hipótesis es que la inversión privada se rezagó en este proceso de crecimiento y cuando se dinamizó lo hizo mayormente en las zonas fuera de Lima.
El presidente mencionó que se han creado un millón setecientos mil empleos entre el 2001 y el 2004. Ese es un buen resultado pero que oculta que menos de 600 mil de esos empleos son adecuados. Es decir, empleos en los cuales los trabajadores tendrán una remuneración mayor al de una canasta mínima de consumo. Les recuerdo que crecimos 4 años seguidos a 5% en promedio. Y ni así podemos generar más empleo adecuado. Algo más debe estar faltando, ¿no? El gobierno (una parte al menos) quiere aprobar una reforma laboral que permita sea más fácil hacerlo. El problema es que la otra parte del gobierno quiere hacer todo lo contrario.
Para mi la mayor ausencia en lo económico fue explicarle a la ciudadanía como se había logrado obtener estos resultados: (1) un excelente entorno internacional, (2) el rol del ATPDEA en abrir mercados a nuestros productos, (3) prudencia fiscal, al menos más allá de lo que se esperaba en un inicio del gobierno, (4) estabilidad monetaria. ¿Si esa receta funcionó porqué no insistir con ella y apoyar firmemente el tratado de libre comercio? ¿Por qué no concentrarse en lo que aún falta por hacer? ¿Por qué echar a perder lo avanzado?
Publicado en El Comercio, Agosto 4, 2005
Monday, August 01, 2005
Estudio del CIUP sobre chorreo (link to file)
Friday, July 29, 2005
Plata ajena
¿A que viene esto? Bueno, lo mismo debería hacer el gobierno con nuestros impuestos. Nosotros le damos plata al gobierno y ellos deberían actuar como si fuera plata ajena. Por eso es que tenemos una serie de garantías para que esto sea así. Le exigimos que presente y sustente un presupuesto, le pedimos que los proyectos de inversión pública pasen por un revisión especial por gente experta en evaluar ese tipo de gastos, le obligamos a que exista una Contraloría que supervise que todo se hice según manda la ley. Todo esto lo hacemos porque la plata no sobra y las necesidades son demasiado amplias para ser todas atendidas. Es más, tenemos una ley de prudencia y responsabilidad fiscal que exige que el gobierno sea transparente en sus decisiones de gasto y que no privilegie las farras fiscales sino un manejo prudente que privilegie el mediano plazo.
El gran problema es que el Perú nunca se queda corto por leyes. Leyes tenemos y para todo. Y si la que tenemos dice que no podemos endeudarnos más, la cambiamos vía decreto de urgencia. Y si dice que no podemos gastar más de cierto tope, la ignoramos. Así es nuestro Perú. Por eso es que tenemos que estar alerta antes que los errores se cometan, antes que las normas no se respeten, antes que los corruptos se favorezcan, antes que hagan lo que quieran con plata ajena. Por eso es que tenemos que poner el grito en el cielo por la forma como se quiere hacer la carretera interoceánica. Hay ciertos procedimientos que se han establecido para realizar un gasto de ese tamaño porque al Perú la plata no le sobra, porque esa carretera la va a pagar usted y yo en el IGV de 19% (que no bajará como prometieron) que está incluido en cada compra que usted hace. Esos impuestos los pagamos todos, pasemos o no por la interoceánica.
Si ustedes miraran el estudio hecho para ver si vale la pena hacer la carretera encontrarían una larga lista de cosas que los haría pedir por lo menos una explicación. Y son todas de sentido común. Por ejemplo, nadie pone asfalto en una carretera por la que pasan y pasarán pocos autos. ¿Usted compraría un Picasso para ponerlo en su baño? Además, la rentabilidad de la obra depende de que Madre de Dios se vuelva casi milagrosamente en una potencia agraria. ¿Si usted sabe que sus ingresos no van a ser superiores a 1000 soles aceptaría endeudarse para comprarse un piso con vista al mar?
Si usted y yo para comprar una lámpara la miramos 10 veces y vemos 10 opciones distintas, ¿por qué el gobierno gasta US$ 800 millones (nuestros) y no cumple con los procedimientos establecidos y revisa con calma? ¿Qué nos dirá el presidente Toledo en un rato más?
Publicado en El Comercio, Julio 28, 2005
Thursday, July 21, 2005
Chorreo o inclusión
Bhagwati decía que aunque se había puesto de moda, aquí y en todas partes, era un error hablar de chorreo. La idea de chorreo es que hay dos tipos de personas. Unas que están sentadas a la mesa disfrutando del banquete y otros que en realidad están esperando alimentarse con las sobras que se caen de este festín. Esto es inaceptable, indignante y en realidad no tiene nada que ver con lo que implica que una economía crezca.
El término “chorreo” es nuestra traducción de “trickle-down”. Este término se puso de moda en la presidencia de Ronald Reagan luego de un discurso de su asesor económico quien favorecía que se redujeran los impuestos a las empresas. La idea era que si las corporaciones, las grandes empresas, incrementaban sus ganancias, estas ganancias terminarían jalando al resto de la población porque esto crearía las condiciones para que las empresas invirtieran en nuevos proyectos y por lo tanto se crearían los nuevos puestos de trabajo. El que nuestra economía haya crecido en los últimos 4 años de manera sostenida sin duda no es el fruto de reducciones impositivas. Puede ser atribuido al ATPDEA, a los precios favorables, al manejo interno de la economía, a lo que quieran pero no a menores impuestos.
Pero el punto que quisiera destacar es que este crecimiento sostenido genera un efecto que en inglés se diría “pull-up” y que a mi me gustaría traducir como “inclusión”. Digo esto porque en realidad lo que está pasando es que a una gran cantidad de personas que no hubiesen encontrado otra forma de generar ingresos que auto-generándoselos se les abre la posibilidad de sentarse a la mesa del crecimiento. Es cierto que a ellos no les está tocando la mejor presa del banquete pero ellos están en el banquete con su plata, generada con su trabajo. No hay regalos, dádivas, sino compensación por su trabajo.
Probablemente uno de los temas que el presidente Toledo más insista en su discurso de la próxima semana sea el que está chorreando. La verdad que el presidente debería dejar de usar ese término. Así que más que chorreo deberíamos hablar de abrir las puertas, de incluir en la mesa a más peruanos que con su esfuerzo generan su ingreso y pagan sus impuestos. De eso se trata el crecimiento, de permitir que la gente pueda aspirar a que sus habilidades y esfuerzos serán recompensados, que su trabajo vale la pena, y que no se trata de estirar la mano esperando que chorree.
Publicado en El Comercio, Julio 21, 2005
Thursday, July 14, 2005
Para creer que se puede crecer
Esto tiene una enorme importancia para nuestra economía. No sólo marca nuestra capacidad como nación, de nuestro conjunto de empresas y sus trabajadores de lograr venderle al mundo esos producto, sino que en términos más macroeconómicos implica una suerte de seguro. Déjenme que explico. El Perú como casi todas las economías subdesarrolladas del mundo tenemos más pasivos que activos con el resto del mundo. En palabras sencillas les debemos más de lo que nos deben a nosotros. Entonces necesitamos tener una mayor capacidad de generar recursos para repagar esas obligaciones. Una forma sana de hacerlo es aumentar nuestra capacidad exportadora. Esto no es fácil, ni mucho menos automático y por eso lo relevante del dato.
Lo más sorprendente es que este resultado se ha dado a pesar que aun no hemos hecho nada con el puerto del Callao, vía principal para nuestras exportaciones, y tampoco hemos firmado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que garantice el acceso permanente a mercados más rentables sino seguimos bajo el amparo temporal del ATPDEA. Es más, el gobierno sigue medio temeroso respecto a que tanto se puede dejar que las protestas contra las empresas mineras sean sinónimos de ataques a los campamentos mineros, o decidir si permitir bloquear las carreteras es parte de un nuevo deporte nacional o en realidad constituye un grave ataque a nuestra capacidad productiva. Esto último no sólo atenta nuestro derecho de libre tránsito sino también nuestro derecho a progresar como país.
A veces no sé si nuestra economía en realidad podría crecer mucho más sólo que hay mucha más gente trabajando para que eso no pase. Algo que pasa aquí y en muchas partes es que las protestas aumentan cuando hay mayor crecimiento. La razón de esto es que ven más posible que los reclamos sean atendidos cuando los bolsillos están llenos, y basta que se ceda un espacio sin exigir nada a cambio para que se venga el desorden. Entonces se da este efecto perverso del crecimiento: más crecemos y más protestas tenemos. Obviamente no todos tienen igual capacidad de hacerse oír y por eso se dan decisiones injustificables junto con resultados increíbles como el de las exportaciones. ¿Alguien me podría decir que es lo que le estamos exigiendo a nuestros profesores de escuelas públicas a cambio del aumento de casi 50% en este gobierno? ¿Sólo menos huelgas, o es que se lo debíamos como país?
Publicado en El Comercio, Julio 14, 2005
Thursday, July 07, 2005
El mercado de votos
Creo que es obvio que nadie puede pensar en ganar una elección, o siquiera sobresalir entre los más de 2400 potenciales candidatos al Congreso, si es que su tema de campaña es tan acotado como el potencial efecto contra el ambiente del humo de aquellos que fuman pipa. Lo lógico será extender esto a cualquier cosa que produzca humo: autos, cigarros, fábricas, etc.
Siguiendo en esa línea, no debería ser sorpresa para nadie que nuestro potencial candidato al Congreso opte por uno de esos temas que llamamos de “interés público”. Insisto, y mientras más público interesado mejor. En ese grupo entran el SOAT, las comisiones de los bancos y AFP, el costo del teléfono, el precio del gas, el precio de la electricidad.
Los que por el momento sólo son candidatos se contentarán con decir que son carísimos y que es una barbaridad que nadie haga nada y que ustedes resolverán esto apenas sean electos y hayan remodelado su nueva oficina en el Congreso. Los que ya tienen oficina remodelada en el Congreso tendrán un discurso parecido pero estarán en pantallas y radios prometiendo que ellos lograrán poner las cosas (es decir, los precios) en su lugar. No importa que esto vaya en contra de las instituciones que supuestamente se crearon para este fin o que estemos a un paso de fijar arbitrariamente los precios. Tampoco importa que eso les quite tiempo para sus otras actividades de legislador y ahora ya no sepan que es lo que estaban votando en la última sesión del pleno. Total, ganarse los votos de la próxima elección bien vale dejar que los corruptos de ayer salgan libre. ¿A no ser que a un grupo grande de votantes le importe la corrupción más que el precio del balón de gas, no?
Déjenme hacerles una pregunta a todos ustedes. ¿Cuál es la mejor respuesta de alguien que maneja una de estas empresas que será amenazada por este tipo de campaña política? Las opciones son: (a) jugar al muertito y esperar el golpe para ver que hacer, (b) reducir sus precios unilateralmente antes que la campaña se caliente más con la esperanza que nadie reclame mayores reducciones, (c) estar dispuesto a revisar sus precios concertadamente con la clase política de modo de hacerlo una sola vez y no dos veces, (d) adoptar una postura totalmente intransigente, (e) confiar que las instituciones que se crearon para estos fines reaccionen y reclamen que sus atribuciones están siendo atropelladas por un montón de gente que lo único que quieren es maximizar la probabilidad de seguir teniendo una curul en Plaza Bolívar o estrenar una nueva oficina en el Jr. Junín.
Publicado en El Comercio, Julio 7, 2005
Friday, July 01, 2005
En defensa de los economistas del BCRP
Eduardo Morón
Universidad del Pacífico
EN DEFENSA DE LOS ECONOMISTAS DEL BCR
Por Teodoro Abanto Tafur
Normalmente leo con atención y simpatía lo que escribe Eduardo Morón, profesor de la Universidad del Pacífico, mi alma mater. Pero en esta ocasión, si bien no tengo objeciones con el fondo de su análisis, tengo que discrepar con sus formas, pues me ha llamado mucho la atención su artículo publicado en el diario El Comercio el 23 de junio, en el cual hace apreciaciones injustas sobre los economistas del BCR, al afirmar que éstos necesitan urgente un “curso básico de finanzas”, a propósito del tema de las inversiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Estoy convencido de que mis ex colegas del BCR saben más finanzas de lo que el profesor Morón está dispuesto a reconocer. A pesar de ello, éstos no podrán dar respuesta a sus expresiones y, como es usual en estos casos, asumirán el golpe con estoicismo y resignación. ¿Conocen los profesores universitarios y otros analistas externos cuales fueron las recomendaciones de los economistas de carrera del BCR sobre las distintas decisiones que adopta el Instituto Emisor? No las conocen. Por lo tanto, no es serio ni justo saltar a conclusiones apresuradas y descalificar a los economistas del BCR argumentando que les falta un curso básico de finanzas, cuando una decisión de la institución no les es de su agrado, o no está alineada con sus paradigmas cognitivos.
Debe ser obvio para todo atento analista externo, que no todo lo que no les gusta de un banco central, en término de decisiones monetarias y financieras, se debe a que a sus economistas de carrera les falta un “curso básico de finanzas”, “el abc de la economía”, o argumentos similares. Como se sabe, en ocasiones, entre lo que recomienda la gente de carrera de un banco central y lo que aprueba su Directorio puede haber diferencias sustanciales. No obstante ello, los economistas de carrera del BCR no tienen voz al exterior de las paredes del edificio de Miró Quesada para aclarar sus posiciones. No tienen los derechos de los congresistas, quienes pueden expresar su voto singular al interior del Congreso y luego salir a la prensa a explicar sus motivos y puntos de vista. Normalmente, un economista en ejercicio del BCR no se presenta ante la prensa a declarar que sobre “tal materia propuso A y el Directorio aprobó B”. No es propio de un economista formado en el BCR estar buscando prensa para dar declaraciones o filtrar información.
En días pasados hemos visto en los medios una campaña de maltratos y atropellos verbales, de personalidades de la política, en contra de los funcionarios del MEF. Se les ha dicho de todo, sin que éstos puedan defenderse. Es la lucha de siempre entre los técnicos, que tienen el deber de velar por la estabilidad económica del país en el largo plazo, y los políticos con tinte populista que buscan el aplauso, “aquí y ahora”. Es penoso que en ese contexto de controversial de las relaciones entre los políticos y los técnicos, artículos como el que comentamos puedan contribuir a llevar agua al molino equivocado.
Publicado en El Comercio, Junio 30, 2005
Thursday, June 23, 2005
El BCRP necesita urgente un curso básico de finanzas
El BCRP señala que las AFP no tienen fundamento para pedir una ampliación de los límites de inversión en el extranjero. La razón que utiliza el banco es que si comparamos la rentabilidad de las inversiones que las AFP han realizado –en nombre de nosotros los afiliados- en el extranjero versus aquellas en el Perú la rentabilidad de estas últimas es mucho mayor. Las inversiones en el Perú rindieron en promedio 11.4% y las inversiones en el extranjero rindieron un magro 2.9%. Entonces, según la lógica demoledora del BCRP, los gerentes de finanzas de las AFP deberían invertir todos los fondos en el Perú.
Sencillamente no puedo creer que el BCRP, a cuyos economistas conozco de cerca y que buena parte de ellos han sido mis alumnos en la universidad o en los cursos de verano puedan respaldar algo que aprendieron en el curso básico de finanzas. La rentabilidad es sólo una de las características de un activo financiero. Además uno valora cualquier activo financiero en función al riesgo y a la liquidez que estos tienen. Es obvio que las inversiones en Perú tengan mayor retorno (en promedio) que las inversiones en países desarrollados porque sencillamente son más riesgosas.
Pero lo otro que es obvio y me parece que el BCRP debería ser honesto y decirlo es que el principio básico de manejo de portafolio llama a diversificar los riesgos. Si yo pongo todos los fondos en un solo activo que tiene el nombre Perú por todos lados el día que al Perú le vaya mal el fondo se reducirá abruptamente y nadie quiere que eso pase con nuestras pensiones de jubilación. Además, el BCRP olvida que las restricciones a invertir en el exterior han generado un efecto perverso para las pensiones de los trabajadores. Como se impide la inversión afuera la rentabilidad que deben ofrecer los activos peruanos es más baja de lo que debería ser. En palabras sencillas como los recursos no pueden ser colocados afuera, domésticamente son vistos como abundantes y no hay que ser economista del BCRP para saber que si la oferta sube el precio baja. Ese 11.4% de rentabilidad debería ser más si no hubiesen límites tan estrechos.
El BCRP con su decisión ha optado por ponernos un impuesto a nuestras pensiones de jubilación, así que la próxima vez que usted que es afiliado a la AFP y se quiera quejar de algo, quéjese de esto, el BCRP le está metiendo la mano a su pensión de jubilación. Y si cree que los dueños de las AFP se benefician con estos límites está totalmente equivocado. Los únicos beneficiarios son las empresas que buscan fondearse barato aprovechando una regulación que no aprobaría el curso de finanzas básico.
Publicado en El Comercio, Junio 23, 2005
Thursday, June 16, 2005
Innovando lo básico
El Banco Mundial organizó una reunión académica en Barcelona para discutir qué tipo de políticas de innovación en ciencia y tecnología debían adoptar los países de la región. Para ello convocó a una veintena de los mejores académicos del mundo en el tema y a mi (sin duda no entro en esa lista). La razón básica para ponerse a discutir este tema parte de la comprobación que los países latinoamericanos invertimos prácticamente cero en investigación y desarrollo en comparación con los países desarrollados. Es más muchas empresas multinacionales (por ejemplo, Pfizer, la creadora del Viagra) tienen gastos en inversión y desarrollo muy superiores al gasto total en los países más grandes de la región como México y Brasil. El otro dato es que nuestro crecimiento en productividad está rezagado en términos comparativos.
Obviamente que frente a este tipo de realidades siempre podemos decir que como países en desarrollo destinar recursos a investigación y desarrollo resulta casi un lujo. Por lo tanto, tiene todo sentido dedicar nuestros escasos recursos a las prioridades más urgentes como salud, nutrición y educación básicas. Totalmente de acuerdo. El problema es que así como gastamos nuestros pocos recursos en esas cosas básicas e imprescindibles también gastamos en cosas que no tienen nada de básicas o que están excesivamente concentradas en un grupo de personas. Veamos un ejemplo.
No sólo el Perú sino en general la región gasta sumas increíbles a financiar la educación superior pública. El cuento que nos venden es que todos tienen derecho a la educación, inclusive a la superior, que la educación es un instrumento para igualar las oportunidades. Los objetivos están perfectos pero el resultado deja muchísimo que desear. En palabras menos sencillas, la forma de intervención del Estado es ineficiente. No sólo se trata de -como parece ser la receta favorita de este gobierno- dado que hay una nueva necesidad busquemos como financiarla. A veces, lo que se necesita es evaluar la forma como se están haciendo las cosas.
Además, al igual que en el caso del gasto en educación superior, cuando vemos que tan productivo ha sido el poco gasto que hemos hecho en investigación y desarrollo encontramos que los países de la región no son efectivos en producir patentes a partir de esa inversión. Esto se debe en parte por la enorme brecha entre las universidades y el sector privado. Y las universidades son las llamadas a buscar un rol aquí más que al revés.
Pero hay ciertas cosas básicas en las que podemos innovar sin gastar más: (1) mejorar la protección de los derechos de propiedad, (2) permitir que las empresas se creen con mayor facilidad, (3) favorecer que las empresas se vayan del mercado si fracasan, (4) abrir aún más la economía. Es curioso que en el Perú, algunos busquen mantener vivas a las empresas ineficaces a cualquier costo, se tarde más de 200 días en crear una empresa, las empresas sientan que el Estado no protege sus derechos de propiedad, y no todos estén convencidos que la apertura sea el camino de hacer de nuestra economía una más competitiva.
Publicado en El Comercio, Junio 16, 2005
Saturday, June 11, 2005
Política Fiscal: Al diablo el mediano plazo
Hace unos días el Banco Central cumpliendo su rol de auditor del Marco Macroeconómico Multianual le recordó al MEF que la Ley de Prudencia y Responsabilidad Fiscal sería una vez más violada porque se estaba contemplando permitir que el gasto no dedicado al pago de deuda suba 6.7 por ciento en términos reales. Según la ley este aumento no debería superar el 3 por ciento.
Coincidimos que el panorama no apunta a que tengamos más inflación este año o que el déficit fiscal se dispare. La solución va a venir por el lado más fácil: endeudarse más. Total, quien lo paga es el siguiente gobierno. Mejor dicho, lo seguiremos pagando nosotros con nuestros impuestos. No importa si a estos los llaman temporales pero son permanentes, si distorsionan y complican la generación de trabajo pero recaudan.
Hay varias cosas que sorprenden de estas dos semanas en que hemos visto discursos cruzados entre el MEF y el BCR mientras en el fondo un vicepresidente regalón decía resolver los conflictos (de ahora) a costa de generar otros mayores (en el futuro).
Lo primero es que si bien la carta del BCRP al MEF la firma el presidente encargado del BCR, es una carta de todo el Directorio del BCRP. En dicho Directorio se sienta el actual viceministro de Hacienda, quien supuestamente es el garante de la caja fiscal. Es decir, el propio viceministro se jala las orejas por no hacer su trabajo. ¡Realmente increíble! El mismo viceministro que ha venido dedicando su tiempo a redactar una nueva Ley de Prudencia y Responsabilidad Fiscal que supuestamente ahora va a tener dientes, es decir penalidades, de modo que a los futuros viceministros de Hacienda les cueste no cumplir con esta ley. ¡De mamey!
¿Para que se hace tremendo esfuerzo en cerrar un nuevo acuerdo con el Club de París si por el lado interno se maneja de manera tan laxa la política de endeudamiento? ¿Vamos a patear la deuda para adelante solo para que podamos tener un poco más de deuda interna ya que no queremos respetar la ley de prudencia fiscal?
Tal como mencionaba hace un par de semanas si había un punto flojo en la política fiscal de este gobierno era su despreocupación por reducir significativamente el peso de la deuda en nuestra economía. A pesar del extraordinario entorno externo, de los años de continuo crecimiento este gobierno va a terminar probablemente con el mismo ratio de deuda sobre producto con que empezó. Esto es imperdonable. El número uno del FMI acaba de señalar que la primera en la lista de tareas de América Latina es reducir la deuda. Que lástima que aquí se siga privilegiando el corto plazo. Por ese camino seguiremos dependiendo de la buena fortuna, de la ayuda de otros y no de nuestro propio esfuerzo. Ya parecemos la selección de fútbol.
Publicado en El Comercio, Junio 11, 2005
Thursday, June 02, 2005
Cambiando tránsfugas por apestados
El Congreso de la República está discutiendo un proyecto de ley que básicamente prohíbe a los congresistas electos abandonar los partidos con los cuales llegaron al Congreso. Se argumenta que los representantes fueron electos bajo un conjunto de principios representados por un partido político y no pueden traicionar dichos principios cambiando de camiseta en medio de su mandato. Todo esto suena bien. Es más, si uno mira las cifras 28 de 120 congresistas ya renunciaron a sus agrupaciones de origen por distintas razones y ahora son parte de otros grupos políticos o de cosas medio cantinflescas como ser parte del grupo de los no-agrupados.
La propuesta cree que el transfugismo se frenará con la amenaza de expulsar del Congreso a todo aquel que cambie de camiseta. Olvidan nuestros padres de la patria que el detrás de toda decisión no sólo están los castigos sino en general los incentivos. Frente a ese esquema lo que el proyecto obtendrá, si es aprobado por el pleno del Congreso, es que el número de tránsfugas se reduzca a cero pero el número de apestados, esos que nadie quiere tener al costado, sea exactamente igual al número de tránsfugas bajo el esquema actual.
El Congreso se olvida que la razón de fondo detrás del impresionante número de tránsfugas es la forma como los partidos arman sus listas de congresistas. Inclusive una razón de mayor fuerza son las propias características de estos partidos. La mayoría de los partidos políticos tienen menos de 10 años de historia, ¿cuáles son esos intereses o principios comunes que vinculan de manera sólida a los congresistas de alguna agrupación? En la medida que los partidos políticos sean uniones de corto plazo y los individuos que deciden afiliarse a ellos o acepten ser invitados las vean como compromisos de corto plazo seguirá el problema de que las bancadas no actúen como tales, ya sea que les pongamos el sobrenombre de tránsfugas, apestados, exiliados o asilados.
El problema está en que no se han puesto las reglas para que los partidos y sus bancadas sean sólidos. Esas bancadas no van a serlo de aprobarse esta ley. Los apestados o los tránsfugas no votarán con sus antiguas bancadas y lo peor es que seguirán comportándose como llaneros solitarios en el Congreso. Cada uno velará por su supervivencia y por lo tanto seguiremos con el show de competir por el ser el congresista con más proyectos de ley enviados por semana aunque más de la mitad de ellos sean intrascendentes y nunca sean siquiera discutidos.
Al transfugismo no se le puede combatir con la amenaza de echarlos del Congreso. Lo que se puede hacer es someter al nuevo conjunto de congresistas que elegiremos en el 2006 a otras reglas como la eliminación del voto preferencial para que se privilegie la posición de la bancada y no del individuo. En ese mismo sentido actuaría una reforma del Reglamento del Congreso que exija la presentación de proyectos por bancada y no a titulo individual. No busquemos eliminar a los tránsfugas sino aquellos incentivos que premian volverse tránsfuga.
Publicado en El Comercio, Junio 2, 2005
Thursday, May 26, 2005
¿Bancos usureros o clientes riesgosos?
En Lima no llueve en serio así que aquí nadie compra paraguas pero en otras ciudades uno tiene paraguas, impermeable y botas para la lluvia. La pregunta en ese caso es ¿cuánto estás dispuesto a pagar si es que olvidaste tu paraguas justo en medio de una lluvia intensa? Obviamente que el precio de ese paraguas será mayor al precio cuando no llueve. ¿Podemos calificar de abusivos o usureros a esos vendedores que nos ofrecen paraguas en medio de la lluvia? Obviamente que no. Nosotros siempre tenemos la opción de no comprar. Si nuestra disposición a pagar por ese bien es menor que el precio que ellos piden entonces no hay transacción. El precio de mercado no tiene porque ser siempre el mismo.
El Tribunal Constitucional (TC) ha cuestionado a los bancos porque según su fallo éstos sólo ponen a disposición de sus potenciales clientes contratos pre-redactados que impiden la negociación entre las partes. Es decir, en términos del ejemplo de la lluvia, el TC cuestiona que los clientes se mojen bajo la lluvia y no puedan negociar el precio de los paraguas con los bancos. Así como no aceptamos pagar tanto por un paraguas y caminamos una cuadra más, hacemos exactamente lo mismo cuando el representante del banco nos ofrece una tasa que consideramos elevada. Bueno, hasta que se nos acaba la paciencia o los bancos.
El TC no ha tomado en cuenta algo básico: no todos los clientes de los bancos somos iguales y por lo tanto el banco haría mal en ofrecernos un único producto a todos. No tiene sentido hacerlo. Por el contrario, el banco trata de segmentar, diferenciar a sus clientes y ofrecer a cada uno según sus características. Obviamente que tampoco el banco va a diferenciar uno por uno a sus clientes por la sencilla razón que es demasiado caro hacerlo. Es mucho más fácil tener 3 ó 4 productos básicos y tratar de encasillar a los clientes en esos. El banco reduce de esta manera sus costos de operación.
Lo otro que el TC ha ignorado es el carácter voluntario de la transacción entre nosotros y un banco. Desde nuestro primer juego de Monopolio estamos acostumbrados a negociar cada compra. Lo que no nos dábamos cuenta, a esa edad, era que en cualquier contrato de compraventa si las dos personas están de acuerdo con los términos del contrato y no estamos infringiendo las reglas del juego entonces la transacción es perfectamente legítima. Lo mismo pasa entre nosotros y el banco.
Lo que si puede pedir, no sólo el TC sino todos los potenciales usuarios, es mejor información para todos. Pero eso es labor de la SBS quien debe exigir a los bancos transmitan de manera efectiva a sus clientes el costo de las operaciones que están solicitando. No es por defender a la SBS pero creo que haciendo un tiempo ya viene trabajando por ese camino.
El TC debería pensar un poco antes de catalogar los bancos como usureros y pensar que quizás de lo que se trata es que esos bancos tienen que servir a un mercado donde hay clientes con distintos riesgos. Al haber aceptado esa demanda a un FAP el TC le ha aumentado el costo de financiamiento a todos los demás miembros de la FAP.
Thursday, May 19, 2005
Reflexiones desde Chile
Vengo de estar unos días en Santiago discutiendo en la Sociedad de Fomento Fabril las perspectivas económicas y políticas de América Latina. A pesar de que viajo seguido a Chile esta vez la sorpresa inicial vino de la autopista que habían inaugurado por debajo del río Mapocho. Recuerdo que hace 5 años cuando escuché la propuesta parecía una de esas cosas que los políticos dicen porque se le acabaron las ideas. Sin embargo, la obra ya está en operación desde hace unas semanas y en 20 minutos estuve en el hotel sin detenernos más de 3 veces en un semáforo. Los taxistas me indicaron que el peaje cuesta el equivalente a unos 10 soles. A todos los conductores se les obsequió un aparato que se coloca en el parabrisas y sirve para que sensores en la ruta te cobren automáticamente en función a cuanto haces uso de esta vía rápida. De esta manera no hay casetas de peaje, ni vueltos que dar, ni demoras. Luego, cada conductor recibe en casa la factura mensual. El taxi del aeropuerto al hotel cuesta unos 80 soles así que el peaje no es tan caro como parece.
En el seminario discutimos los casos de Argentina, México, Perú, Uruguay, y Venezuela. Lo común a las cinco experiencias es que a pesar de que algunos países muestran un desempeño muy superior a otros, en todos subsiste una fragilidad fiscal. México ha tenido un crecimiento muy débil y el gobierno de Fox ha fallado en cada intento de reforma fiscal. Curiosamente los principales opositores a los planes de reforma han sido los congresistas de la bancada oficialista. México no recauda más allá de 22% del PBI y la mitad de eso depende de lo que pase con el petróleo. Es decir, al igual que en el Perú sus ingresos fiscales están sujetos a mucha volatilidad, y tampoco ha reducido su deuda.
Argentina y Uruguay están saliendo del colapso del default de hace tres años. La recuperación que han visto tiene más de rebote que recuperación y en el caso argentino hay más dudas sobre si efectivamente el gobierno está sembrando futuras tempestades. Sobre Uruguay, el mayor éxito del nuevo presidente es no haber metido (hasta ahora) metido la pata. Como les pasa a todos los nuevos presidentes de izquierda tiene que pasar el test clave. ¿A quien se parece más: a Lula o a Chávez? Por lo hecho hasta ahora parece que Tabaré Vásquez está más cerca de Lula.
Las historias sobre Venezuela son para alarmarse. El presidente Chávez goza de amplia popularidad a un creciente gasto fiscal apoyado en los precios del petróleo. En el camino, ha afectado significativamente la capacidad operativa de PDVSA, la empresa de petróleo que no puede cubrir sino el 80 por ciento de su cuota fijada por la OPEP. Esta factura la van a pagar si o si. Venezuela ha apostado por ignorar todas las señales que el mercado provee y ha optado por una retórica donde las palabras complot y CIA son cada vez más frecuentes.
Finalmente, otro factor común en todos estos países es el grado de incertidumbre sobre el rumbo de sus políticas económicas. Como dije en Santiago, la única certeza que tenemos es que el futuro nos depara más incertidumbre.
Thursday, May 12, 2005
Pórtense como congresistas
Aunque parezca que estoy loco, mi recomendación es esa: actúen como lo hicieron los congresistas. Dicha recomendación obviamente va a los miembros del Tribunal Constitucional (TC) quienes tendrán que resolver en unos días más si ponen punto final a una serie de demandas de inconstitucionalidad planteadas por grupos afectados por la reforma del regimen pensionario del DL 20530, más conocido como Cédula Viva.
El año pasado contra lo que propios y extraños creíamos el Congreso aprobó -en segunda votación- lo que para muchos es el mayor logro del presente gobierno: el cierre de la Cédula Viva. Si para poner en marcha Camisea nos demoramos más de 20 años; para cerrar la Cédula Viva se tardó más de 40 años. En 1962 se intentó sin éxito. Luego vino el DL 20530 de 1974, que supuestamente cerraba la Cédula Viva pero hemos tenido que esperar hasta ahora para hacerlo en serio. Bueno, casi. Ahora el TC tiene que volver a opinar como ya lo hizo en un fallo anterior para ponerle punto final a un sistema del cual muchos se aprovecharon y terminaron por hacerlo absolutamente insostenible, injusto y corrupto.
Sin embargo, ahora los mismos que intentaron impedir que este trascendental paso se diera han presentado un pedido ante el TC para que este declare inconstitucional todo el proceso y se regrese a la situación previa a la reforma. Esto era totalmente esperable pero no deja de poner en riesgo todo lo avanzado. Me explico. Una cosa fue que 88 congresistas votaran a favor de la reforma. Otra cosa más complicada aún fue que congresistas que a pesar de que iban a recibir los beneficios de la Cédula Viva votaran a favor del cierre del régimen.
Hay dos diferencias enormes entre la votación que tiene que hacer el TC y la del Congreso. La primera es que de seis miembros, cuatro de ellos son beneficiarios de la Cédula Viva. Es decir, la mayoría. Esto no pasaba en el Congreso y por lo tanto era más probable que la reforma se aprobase. La segunda diferencia es más fundamental aun. Mientras los congresistas son “juzgados” en la siguiente elección por los votantes que sabrán como votaron en los momentos claves (Cédula Viva, regalías, votación facultativa, etc); los miembros del TC no estan sujetos a ese tipo de penalidades ciudadanas. Y al ser de última instancia su fallo no será revisado por nadie más.
Es por todo ello que el proceso de reforma constitucional liderado por el Ejecutivo fue extremadamente cuidadoso de respetar en cada momento el debido proceso y atender con especial cuidado las recomendaciones que el propio TC planteó en fallos previos. Espero, como todos, que el TC se porte a la altura del caso reafirmando un compromiso por añadir sensatez en la política de pensiones públicas, y por evitar los excesos que plagaron el régimen de la cédula viva. Sinceramente espero que el fallo confirme la voluntad de transformar el sector público que 88 congresistas apoyaron en diciembre pasado poniendo primero el Perú y no sus bolsillos.
Thursday, May 05, 2005
La terrible lógica del Estado incapaz
Para cualquiera de nosotros sería absurdo argumentar que el Estado peruano es un ejemplo de eficacia a nivel internacional. Creo que no hace falta mencionar ejemplos. Hace unos días tuve que contestar un cuestionario sobre las capacidades de los estados latinoamericanos. Dicha encuesta está basada en un trabajo de Weaver y Rockman donde se discuten 10 capacidades que debería tener un Estado eficaz. Muy rapidamente se dice que un Estado es eficaz si es capaz de: (1) priorizar entre múltiples demandas, (2) asignar recursos donde sean más efectivos, (3) cambiar políticas que no funcionan, (4) coinciliar objetivos en conflicto, (5) imponer, si fuese necesario, costos a los ricos y poderosos, (6) tomar en cuenta los intereses de los que no tienen capacidad de hacerse escuchar, (7) aplicar efectivamente las políticas que aprueba, (8) tener políticas estables, (9) cumplir los acuerdos internacionales que firmó, y (10) acomodar los intereses de los distintos grupos sociales para evitar conflictos internos.
No les puedo decir lo que contesté en la encuesta pero seguro que cada uno de ustedes tendrá su opinión sobre como calificar al Estado peruano en cuanto a estas capacidades. Obviamente que no todo es un desastre en el Estado peruano. Hay ejemplos destacables y el Premio a las Buenas Prácticas Gubernamentales que pronto entregará Ciudadanos al Día nos mostrará como también hay un Estado que se preocupa por el ciudadano y busca ser eficiente.
Hace poco en un debate sobre la reforma del Banco Central surgió la preocupación de algunos que sostenían que era mejor no hacer nada porque si una propuesta muy pensada y equilibrada entraba al Congreso, nadie podía garantizar que cosa saldría. Es decir, hay un temor a hacer porque podemos terminar en una peor situación. Inclusive desde este diario se sostuvo –hace unos meses- que el Congreso debía no hacer nada el último año de su mandato porque los incentivos estaban listos para inundarnos de nuevas leyes inútiles, populistas y desestabilizadoras.
Esa lógica nos conduce a decir que al Estado peruano le deberíamos apagar la luz para que no estorbe o estropee. Con esta lógica algunos congresistas sostienen que no hay que permitir que empresas chilenas inviertan en el país porque se van a aprovechar de nuestro Estado incapaz de defender los intereses de la nación. Pero a su vez confian que el Estado descubrirá a los testaferros. ¿En qué quedamos es o no incapaz? ¿No es mejor pedir en el contrato de concesión que las empresas tengan un capital mayor y así descartar que empresas de países de bajos ingresos operen nuestros puertos o aeropuertos?
La tarea de todos debería ser construir un Estado que si puede tener resultados favorables para el ciudadano, que si puede defender los intereses del Perú. Para ello obviamente no podemos pedir que el Estado haga todo, sino que concentre sus esfuerzos en aquello más indispensable. Participemos en las decisiones políticas en lugar de quejarnos que otros hacen mal las cosas. Debatamos públicamente con aquellos que defienden ideas que promueven el subdesarrollo con “ingeniosas” propuestas. Me parece absolutamente inaceptable asumir la premisa que como el Estado es incapaz debemos resignarnos a mejor no hacer nada.
Thursday, April 28, 2005
Sinsentidos legislativos
Debo confesar que esta semana me costó mucho escoger un tema para esta columna. No porque no haya pasado nada más importante que la renuncia de Autuori a dirigir la selección de fútbol, sino porque a veces sencillamente me cuesta entender porque nuestros congresistas actúan de la manera que actúan.
Para empezar su reciente iniciativa para limitar el acceso a empresas que vengan de países vecinos a invertir en los sectores “estratégicos”. Es decir, si por ejemplo por alguna pachotada del congresista Pacheco nos fuéramos a la guerra con Chile, alguna gente cree que perderíamos porque la empresa concesionaria del puerto del Callao sería el factor desequilibrante en el conflicto. La verdad es que resulta ridículo que se piense así. Una versión soft de este razonamiento es que poner en manos de una empresa chilena la administración del puerto del Callao sería un peligro porque dicha empresa actuará estratégicamente minando (¡no poniendo bombas sino reduciendo!) la capacidad competitiva de nuestro puerto frente al de Mejillones en Chile.
Esto implica suponer que OSITRAN quien deberá supervisar a la empresa concesionaria estará pintada en la pared y además que el contrato que se firme con esta empresa será absolutamente torpe y miope. Lo obvio es que el contrato sea nuestra arma de defensa estratégica para que la empresa concesionaria (no importa de donde venga) haga lo que el Estado peruano quiere que se haga con el puerto del Callao. Si nos interesa que el puerto tenga 10 grúas pórtico al cabo de 2 años y tres muelles al cabo de 10 años que se ponga en el contrato. Aquí lo que importa es el contenido del contrato. ¿Acaso somos incapaces de defender nuestros verdaderos intereses como son el tener un puerto eficiente y que deje de ser un lastre para la competitividad del país? Sólo si creemos que en efecto eso es así entonces aprobemos estas cláusulas en las que reconocemos nuestra inferioridad y debilidad. Como reconocemos que no podemos hacer que esas empresas hagan lo que está en nuestros intereses entonces cerrémosles las puertas. Patético.
Si algo caracteriza al actual Congreso es la enorme proporción de leyes observadas por el Ejecutivo. En el pasado solo en el enfrentamiento entre Fujimori y el Congreso del 1990-92 se llegó a cifras parecidas. Durante los años previos al autogolpe el Ejecutivo observó más de la mitad (52%) de las leyes aprobadas por el Congreso. Frente a esto el Congreso consiguió insistir en una quinta parte de dichas leyes. En esas épocas el propio Congreso cedió un enorme terreno al Ejecutivo permitiéndole aprobar vía el procedimiento del Articulo 211 inciso 20 (el predecesor a los decretos de urgencia) más del 70 % de la legislación. En este Congreso, no más de 20% de la legislación aprobada ha sido vía decreto de urgencia. Sin embargo, un tercio de las leyes han sido observadas por el Ejecutivo.
A diferencia del período 1990-92, no creo que la razón detrás de tantas leyes observadas sea producto de un enfrentamiento entre poderes. Inclusive muchas de las iniciativas observadas son del propio Perú Posible. Ojalá esta vez prime la sensatez en la Plaza Bolívar. Una cosa es que se vaya Autuori, otra es condenarnos a un puerto ineficiente.
Publicado en El Comercio, Abril 28, 2005Thursday, April 21, 2005
El Impacto Global del TLC en la Economia
Toda medida de política económica trae ganadores y perdedores. Esa afirmación a veces se mal entiende porque inmediatamente se asume que lo que gana uno el otro lo pierde. Eso no tiene porqué ser necesariamente así. El mejor ejemplo de ello es el efecto que tiene el libre comercio entre países. Tanto Perú como EEUU ganan con la firma del TLC. Sería una tontería que alguno de sus congresos lo ratifiquen si creen que como país pierden. Acabamos de terminar una investigación en la Universidad del Pacífico que busca contestar dos preguntas muy sencillas: ¿gana el Perú con la firma del TLC o no? Y si gana, ¿cuánto gana?
Para responder esto empleamos un modelo que sin duda simplifica las características de nuestra economía pero en aspectos que no son cruciales para contestar las dos preguntas. Nuestros cálculos muestran que el PBI peruano será 4.5% mayor en el largo plazo y que la mayor parte de ese aumento se dará en los primeros 5 años posteriores a la firma del TLC. Para entender la respuesta que encontramos hace falta explicar los tres mecanismos a través de los cuales el TLC genera un mayor PBI peruano, es decir más producción y por lo tanto más empleo.
Los tres mecanismos han sido largamente explicados en la literatura sobre crecimiento económico. El primero es la reducción de aranceles. Aranceles más bajos les permite a las empresas tener bienes de capital e insumos más baratos, a los consumidores les permite comprar bienes a menores precios. El segundo es que el TLC involucra una ampliación en el acceso a los mercados internacionales. ¿Qué es eso? Todas nuestras exportaciones tienen que pagar aranceles en los mercados en que son adquiridas. Nuestros espárragos y nuestras paltas pagan aranceles, nuestro cobre paga aranceles y así todos los productos que le vendemos al mundo. El mundo nos pone un impuesto y como todo impuesto reduce el monto que podemos vender porque lo encarece y entonces de repente el peruano que está en Los Ángeles hace diez años ya no está dispuesto a pagar tanto por comerse una palta rellena como cuando vivía aquí. El TLC reduce ese impuesto porque abre a nuestras exportaciones –a las actuales y a las que se desarrollarán después- un mercado 100 veces más grande que el nuestro.
El tercer mecanismo es el aumento en la productividad. Me refiero a que los bienes de capital y los insumos que importamos vienen con mejor tecnología. Un ejemplo para que todos entiendan. Hoy los taxistas manejan Ticos que consumen un diez por ciento de gasolina que los lanchones que aún cruzan el Zanjón. ¿Cuál creen que deja mayor ganancia a su dueño? Lo mismo pasa con todas las firmas a las cuales ahora se les abre la posibilidad de acceder a mejor tecnología y pueden ser más productivas.
¿Todos ganan? La respuesta es no y deberíamos inmediatamente preguntar: ¿y forzosamente van a perder?. La respuesta otra vez es no. Trabajemos para que el TLC signifique oportunidades para todos. Decirle no al TLC es cerrar una ventana de oportunidad.
Publicado en El Comercio Abril 21, 2005
Thursday, April 14, 2005
Malthus y Solow en el Perú
A Malthus se le conoce por su visión pesimista sobre la economía. El publicó hace más de 200 años un libro donde argumentaba que si la población seguía creciendo a una tasa geométrica y la provisión de alimentos lo hacía a una tasa aritmética el mundo se llenaría de miseria. Esta predicción se sustentaba en 2000 años de estancamiento Curiosamente su solución era que la gente se casara de mayor edad y que se promoviera la abstinencia sexual.
Su predicción no ocurrió básicamente por la revolución industrial y el floreciente progreso tecnológico que cambió por completo el nivel de ingreso de las personas. Justamente Solow, ganador del Premio Nobel en 1987, fue quien mostró como el progreso tecnológico era una fuente esencial en la tasa de crecimiento de un país. Para Malthus producir un bien era fruto de una tecnología intensiva en mano de obra y en tierra y que necesitaba muy poco capital. En cambio para Solow, la tierra dejó de ser un factor de producción fundamental y dejó su sitio al capital y al nivel del progreso tecnológico.
¿A que viene esta historia? No es que los hayamos invitado a dar una charla en el Perú. Malthus está muerto hace años y Solow, aunque ahora hay mangas en el aeropuerto, ya no se aventura a viajar. Pero me imagino que si uno los paseara virtualmente por el Perú reconocerían que cada uno de ellos está representado dependiendo donde estemos. Es decir, es como si la economía peruana tuviera aún un poco de la forma de producir de Malthus, el sector rural tradicional. Por ejemplo, la agricultura de la sierra sur, la pequeña minería de subsistencia, etc. Por otro lado, Solow se sentiría emocionado cuando le cuenten como Chavimochic se transformó en tan poco tiempo o si le hicieran el tour por las fábricas de confecciones en Ica.
Pero después de invitarlos a almorzar en Catacaos, antes de que la chicha de jora haga efecto, nos gustaría preguntarle porqué sobreviven estos dos modos de producción en un mismo Perú. Probablemente la razón es la ausencia de vínculos entre ambos mercados o de una manera menos drástica la presencia de unas barreras de acceso muy altas entre ambos mercados. Imaginen una persona que para poder trabajar en la ciudad más cercana debe viajar 10 horas a lomo de mula. Esa persona sólo lo hará si el diferencial de salarios en la ciudad y su pueblo es tal que valga la pena la caminata o la estadía en la ciudad por unos días.
Gran parte de las enormes diferencias de ingreso entre los pueblos del Perú se deben a que para una enorme mayoría acceder a un mercado más amplio es demasiado costoso. La lógica de invertir en caminos rurales es justamente esa: acercar los pueblos a los mercados, hacerlos parte de esos mercados. Darles acceso a las oportunidades es sacarlos de la sombría predicción de Malthus y permitirle a esas generaciones futuras un porvenir diferente. Trabajemos para que esas barreras que los separan sean eliminadas. Eso es equivalente a firmar un TLC entre la región Solow y la Malthus de nuestra economía.
Thursday, April 07, 2005
Dólares falsos
La semana pasada en mi primera clase de teoría monetaria le explicaba a mis alumnos que una de las funciones principales del dinero fiduciario es servir como depósito de valor. Es decir, nos permite guardar parte de nuestra riqueza y mantenerla en el tiempo. Para que esta función se cumpla a cabalidad se necesitan varias cosas. Lo primero y más importante es que como todo dinero fiduciario su valor está basado en que todos crean que un pedacito de papel con algún héroe local o extranjero vale lo que dice impreso. Fiduciario viene de confianza, el día que se pierde la confianza ese papelito de colores no vale más que un billete para jugar Monopolio. La segunda es que pierda su capacidad de compra por inflación en dicha moneda. Pero ese no es el tema ahora.
El tema de los dólares falsificados es un excelente ejemplo para mis alumnos porque el tema central es que los costos para diferenciar cuáles billetes de la ahora famosa serie CBB2 2001 los hicieron los pakistaníes y cuáles por la Reserva Federal son muy elevados. Esto ha afectado la confianza sobre el billete verde y hasta que ese costo de transacción no se reduzca significativamente esto será un impulso a la persistente desdolarización que estamos observando.
Lo curioso es que los soles están sujetos a una muchísima mayor presión de billetes y monedas falsificados pero no hemos visto un efecto similar al de esta semana en que los cambistas han aprovechado para cambiar billetes de cien dólares potencialmente falsos con un descuento de más de 70 por ciento. Si de 40 millones de dólares que fueron remesados a Estados Unidos, la Reserva Federal informó de la presencia de aproximadamente 2,600 billetes falsos, estamos hablando de que la probabilidad que un billete fuera falsificado no superaba el 0.65 por ciento. Tremendo negocio para los que se arriesgaron.
Obviamente como todo falsificador eficiente los pakistaníes han falsificado billetes de alta denominación conscientes de la calidad de su trabajo. Si un falsificador carece de dicha tecnología tiene que limitarse a falsificador billetes y monedas de baja denominación donde nadie está mirando diez veces si el vuelto ha venido cabeceado.
¿Porqué no ha pasado esto con los soles falsos? La respuesta es simple. Los métodos de falsificación son peores y por lo tanto más fácilmente detectables y por lo tanto no es difícil diferenciar el falso.
El dólar, cumple en la economía peruana básicamente la función de depósito de valor. En algo ha venido cediendo esta función al sol en estos últimos años pero los activos denominados en dólares siguen siendo nuestro principal vehículo para mantener nuestra riqueza financiera. Por el momento, hay que tener un poco de paciencia y los bancos deberían asumir el costo de no haber detectado billetes que ellos mismos entregaron vía cajeros automáticos y por las ventanillas. Una cosa es perder momentáneamente la confianza en los billetes y otra es perder la confianza en los bancos.
Publicado en El Comercio Abril 7, 2005
Thursday, March 31, 2005
El daño de las salvaguardias
Dentro de todo el arsenal de políticas que tiene un Estado para comerciar con otras economías hay uno de ellos, las salvaguardias, que se utilizan cuando desde esa otra economía se importan bienes que pueden afectar gravemente algún sector productivo nacional. Aquí la palabra clave es gravemente. El país debe poder probar ante el resto del mundo que existe el daño grave. Si no fuera así este mecanismo se utilizaría de manera masiva con la excusa de que está generando daño y sencillamente sería un serio obstáculo a que los países comercien entre sí.
En el Perú se aprobó -bajo esta justificación- la aplicación de salvaguardias para 20 tipos de bienes importados ligados al sector de confecciones. El Indecopi quien es el llamado a probar técnicamente la existencia de este daño grave ha mostrado exactamente todo lo contrario. En su informe se puede encontrar que la producción de confecciones subió, que el sector ha aumentado su demanda por electricidad, que el empleo en las micro y pequeñas empresas mejoró.
Es más el propio Indecopi le pidió al Ministerio de la Producción generar la información necesaria para un mejor análisis del problema. Los resultados del censo del ministerio muestran que entre el 2003 y el 2000 la producción creció 20 por ciento, las ventas aumentaron 12 por ciento, el nivel de ingresos aumentó en 18 por ciento. Finalmente el empleo, medido por el número de trabajadores aumentó en 42 por ciento. Es decir, si eso es daño grave que nos sigan pegando.
Lo que muestra la data del ministerio es que ha habido un comportamiento desigual entre las ventas al mercado interno y al mercado externo. Mientras las primeras aumentaron 3 por ciento las ventas al exterior aumentaron 23 por ciento. Parte de esto es totalmente explicable porque en la salida de la recesión la demanda interna demoró en recuperarse. Parte de esto también se debe a que probablemente el segundo sea un mercado mucho más rentable y es parte de una decisión de la empresa que opta por vender en mayor medida al extranjero no como una estrategia de supervivencia sino como una estrategia de aumentar sus márgenes de operación. El efecto del ATPDEA está reflejado en estas cifras así como en el creciente número de empresas de confecciones dedicadas a la exportación.
Del otro lado del análisis está cuanto nos ha costado imponer salvaguardias cuando no teníamos razones para hacerlo. Nos hemos enfrentado a China mientras otros países vecinos han aprovechado para consolidar sus lazos comerciales. El que la economía china sea el principal motor de crecimiento de la economía mundial en los últimos años por lo visto no importa. En este mundo globalizado la estrategia de integración es clave y pisarle los uñeros a la economía más dinámica del mundo sin ninguna justificación parece el peor error que uno podría cometer. Esperemos que los números ahora hablen más fuerte que los políticos.
Thursday, March 24, 2005
¿La gente correcta o los productos correctos?
Mis tíos Gaby y Vlady fundaron hace muchos años una pequeña tienda atrás del cine San Antonio donde vendían los jugos de frutas y las tortas más ricos de Lima. Para mi era la visita más ansiada. Hoy cada uno tiene su propio negocio y cuidan a sus maestros reposteros porque saben que el fruto de ese talento es lo que añade cada día a su bien ganada reputación en todos estos años.
Una empresa de servicios nace muchas veces a partir de reconocer que uno sabe que hay cosas que hace mejor que el resto. Sin embargo, uno no lo puede hacer todo y necesita de un equipo de gente que ayude a ser competitivo. Si yo tuviera una empresa me aventuraría a señalar que si mi selección de la gente fue correcta probablemente me hubiera ido bien. El problema con esta visión de desarrollo empresarial es que supone que mis clientes siempre van a escoger los productos o servicios. Esa es una visión estática de los negocios. El siguiente año a mi empresa le puede pasar como a muchas empresas, que de pronto mis clientes, o debería decir los potenciales clientes en general deciden que ahora quieren otra cosa. Este tipo de problemas es más significativo en aquellas empresas donde el producto o servicio que se vende depende fundamentalmente de las personas que trabajan ahí. No lo es tanto si es que las personas no son un insumo fundamental en el proceso de producción del bien o servicio que dicha empresa comercializa.
Déjenme aterrizar con un ejemplo. Supongamos que pongo mi restaurante en un excelente lugar y contrato a un chef mediocre y a unos mozos que no pueden diferenciar la Inca Kola de la Coca Cola. Lo más probable es que por más que yo me esfuerce en comprar los productos más frescos y decore el lugar de la manera más ‘fashion’ el local pronto será cerrará para dar paso a otra empresa.
Dada esa primera experiencia inauguro un nuevo restaurante esta vez escogiendo un excelente chef y los mejores mozos de Lima. Este grupo de gente podrá mantener y ampliar mi segmento del mercado independientemente de si hoy la gente la gente prefiere rissotos y mañana ensaladas. Es crucial tener la gente correcta. Es más, en este tipo de negocios una vez que se pierde a la gente clave probablemente el negocio deje de serlo.
Por eso resulta fundamental tener en las empresas de este tipo una efectiva gestión de los recursos humanos. Un sistema de incentivos que premie la capacidad de cada trabajador de generar valor para la empresa. Un sistema de selección y ascenso de personal que no esté basado sólo en el hecho que el trabajador tiene puesta la camiseta de la empresa un montón de años. En algunos casos habrá un claro compromiso con la empresa, pero en otros casos será porque nadie más quisiera emplearlo. Aquellas empresas que no tengan estos sistemas en línea vivirán bajo la constante amenaza que alguien más haga lo que ellos no están haciendo y los saquen del mercado.
Volviendo a la historia de mis tíos, hoy ninguno de ellos hace el postre que a mi me gustaba cuando yo tenía diez años pero sólo soy uno entre sus muchos clientes.
Wednesday, March 16, 2005
El otro riesgo país
Si usted y yo tuviéramos dinero para invertirlo podríamos hacer una de dos cosas. Una primera opción sería prestarlo a alguien y recibir una tasa de interés por eso. Hay varias formas de hacer eso, pero sea cual sea la forma siempre hablaremos que lo que nos hemos comprado es un activo financiero. Tenemos un papel que dice que alguien nos debe dinero.
Una segunda opción es comprar un activo físico. Es decir, poner una fábrica, una tienda, un restaurante o lo que fuera. En este caso recibiremos a cambio de nuestra inversión una cantidad de dinero que si es mayor a la tasa de interés que recibíamos en el otro caso estaremos contentos de haber tomado el riesgo de invertir en esto.
En realidad en ambos casos hay riesgo. En el primer caso y cuando se trata de países uno escucha hablar sobre el riesgo país. La idea es simple. El país ha optado por emitir deuda soberana y alguien voluntariamente ha decidido comprar ese papel que ofrece un determinado rendimiento. Por supuesto que si el gobierno pasa por una crisis fiscal o una crisis de balanza de pagos sencillamente no tendrá para pagar sus obligaciones y tendrá que decidir no cumplir con el pago de su deuda. Eso es hacer ‘default’, en criollo, perro muerto.
Hoy nuestro riesgo país es el tercero más bajo de la región. Anda alrededor de 200 puntos básicos. Es decir, si EEUU puede tomar deuda a 4 por ciento a 10 años, nosotros tenemos que pagar 2 por ciento más, o sea, 6 por ciento. No está mal. Hace unos años saltábamos en un pie si el riesgo país era menos de 400 puntos básicos. En la región sólo México y Chile nos ganan.
Muchos señalan que las calificadores de riesgo hace rato nos deberían haber subido la categoría, pero que son otros factores los que hacen que aun no nos graduemos a la categoría de grado de inversión. Es decir, país en serio.
Pero, cuando lo que uno hace es invertir en activos físicos en un país existe otro riesgo. Ese es el riesgo que la tasa de retorno de tu empresa no depende de tu esfuerzo, de tu capacidad, o de la de tus trabajadores. El Presidente de Argentina nos ha puesto un ejemplo clarísimo esta semana. Se amargó con Shell por subir el precio de los combustibles cuando estos están en la estratosfera y llamó a los ciudadanos argentinos a hacerle un boicot a Shell. Resultado: Shell está facturando 70 por ciento menos que hace una semana. Si la tasa de retorno de las empresas de un país depende tan fuertemente de la voluntad o de las decisiones del gobierno de turno entonces no somos un país en serio y estamos lejos de recibir el grado de inversión.
Cada uno de ustedes que maneja o trabaja en una empresa debería preguntarse cuanto de la rentabilidad de esa empresa depende de lo que ustedes hacen y que proporción de lo que el gobierno decide o deja de hacer. Mientras más dependan de lo que el gobierno hace o deshace mayor será el tamaño del otro riesgo país.
Publicado en El Comercio Marzo 17, 2005
Thursday, March 10, 2005
¿Un respiro para Argentina?
El presidente Nestor Kirchner y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, respiraron tranquilos después de la confirmación que un 76 por ciento de los tenedores de la deuda en default aceptó tomar la oferta argentina de canje con un significativo descuento de 70 por ciento. En palabras sencillas cada uno de estos acreedores cambiará 100 dólares de deuda vieja por 30 dólares de deuda nueva. Hasta hace un par de meses una gran proporción de analistas veía este ofrecimiento como parte de una prueba de coraje del gobierno argentino. El gobierno ponía a prueba los nervios de los acreedores diciéndoles que no les iban a ofrecer nada más y estos respondían con amenazas de juicios y embargos. En un momento incluso el presidente no pudo viajar en el avión presidencial por la amenaza que al aterrizar en el extranjero lo recibieran con una orden de embargo. Se imaginan el papelón.
Aunque dada la magnitud del canje es difícil utilizar los canjes previos como referencia para comparar que tan exitosa fue la operación. En el pasado, los canjes de deuda alcanzaron no el 70 sino el 90 por ciento de los títulos de deuda viejos. En ese sentido uno podría decir que este canje podría complicar tanto porque (i) la relación deuda sobre producto no se redujo lo suficiente y por lo tanto sigue en duda la capacidad de repago de la deuda existente, así como (ii) porque el 24 por ciento de la deuda cuyos tenedores no quisieron aceptar el canje no se van a quedar con los brazos cruzados. Ellos son quienes tienen todos los incentivos para llenar de juicios a las autoridades argentinas en cortes internacionales con el fin de recuperar no el 30 por ciento sino la totalidad de sus acreencias.
En este sentido, a las autoridades argentinas les queda varias alternativas con respecto a estos más de 20 mil millones de dólares de deuda no canjeada. Una primera opción sería reabrir el canje y tratar de que este grupo de acreedores acepte algo menos que lo que el resto aceptó. Esta opción es compleja porque en la evaluación de estos deudores al tomar la decisión de no entrar al canje hay factores como su disposición a esperar pacientemente un acuerdo por la vía judicial. Otra opción es que la Argentina recompre esta deuda. Para ello necesitaría que los números fiscales no desentonen. Lamentablemente a Argentina se le están acabando los milagros y es difícil que el arreglo con el FMI llegue sin que defina que sucederá con la deuda no canjeada.
Además, a pesar de todo lo favorable que parece este mega canje de deuda, Argentina recién empezará a confrontar sus principales problemas a partir de los próximos meses. En realidad mucho antes del anuncio (diciembre 2001) del default en el Congreso argentino, Argentina ya no pagaba su deuda pues sólo se dedicaba a refinanciarla así que recién ahora es que la economía argentina podrá probar su verdadera capacidad de renacer de las cenizas del default. Como para complicar las cosas, la inflación que no era un problema empieza otra vez a serlo.
Publicado en El Comercio, Marzo 10, 2005
Friday, March 04, 2005
Incentivos para los que se fueron
Hace un par de días el gobierno ha decidido otorgar una serie de beneficios tributarios para atraer a la inmensa masa de peruanos que se fueron del país. Esta ley es una muy singular en tanto no es común encontrar leyes similares en los demás países. La motivación de la norma no es otra que la increíble magnitud de peruanos que han venido saliendo en las últimas dos décadas.
Los números son para caerse de espaldas. En los ochenta y noventa con la crisis económica y el terrorismo encima sólo 50,000 personas salían del Perú para no regresar. Esa situación ha cambiado dramáticamente en los últimos años. El año pasado 300,000 personas siguieron el mismo camino. Si hacemos la cuenta de cuantos peruanos viven afuera la cifra ya supera los dos millones de peruanos, de los cuales la mitad aproximadamente vive en EEUU.
Un reciente estudio del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico preparado por Juan de los Ríos y Carlos Rueda revisa las causas de este enorme flujo de peruanos al exterior. Los resultados muestran que la variable más importante para explicar el flujo migratorio es la percepción de satisfacción económica de los peruanos. Mientras se sientan más frustrados con respecto a su situación económica migran más. Si los peruanos nos sintiéramos 10 por ciento más satisfechos con lo que se puede hacer aquí en nuestro país la tasa de migración sería casi 20 por ciento menor. Asimismo, si los indicadores de desigualdad económica fuesen menores en Perú, la gente migraría menos. Finalmente, si el ingreso por persona en el Perú creciera 5 por ciento por encima del resto la tasa de migración caería en más o menos la misma proporción.
Estos resultados muestran una realidad muy compleja. ¿Cuál es la probabilidad que el Perú crezca a tasas significativamente más altas que el resto de países?¿Cuál es la probabilidad que la tasa de desigualdad cambien significativamente en los próximos años? En ambos casos mi respuesta sería: muy, pero muy cercana a cero, así que por ahí no irá la solución. Donde si puede haber reversiones muy rápidas es el sentimiento de desesperanza que hoy invade el país.
Esta ley pone al final de la puerta de regreso del Jorge Chávez un paquete de obsequios que creo muchos no tomaran pues los costos fijos de regresar dado que ya vives más de cinco años fuera del Perú son mayores a los beneficios que hoy se ofrecen. Cabe hacerse la pregunta si el Perú realmente pierde si esos dos millones de peruanos mandan un flujo regular de fondos que bordean los 1,500 millones de dólares anuales. Que cada peruano afuera mande al año 750 dólares parece poco, pero creo que no deberíamos subestimar el impacto de esa alternativa como mecanismo de generación y acumulación de riqueza frente a la poética alternativa de ver a nuestros compatriotas regresar al Perú con planes que van mucho más allá que comerse un buen cebiche con la familia que dejaron hace años.
Publicado en El Comercio Jueves 3 de marzo, 2005